Pronunciado: El 25 de mayo de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de
febrero de 2016.
Pregunta Agencia Efe. -Señor Presidente, en el Mensaje al Congreso del día 21 de mayo, le correspondió a usted dar la definición más acabada del proceso político que vive el país. Si no me equivoco, las palabras fueron que es el segundo modelo de tránsito hacia el socialismo. Para algunos teóricos marxistas sus palabras pudieron ser, por lo que he entendido, un poco heterodoxas. Para otros son realmente una manifestación de la viveza de la doctrina, que permite esta otra manifestación. Entonces, dentro de esto, yo quisiera pedirle que ampliase usted en torno a estas dos interpretaciones que, en cierto modo, se han podido recoger.
Respuesta. -Su pregunta, indiscutiblemente, es bastante importante. Yo debo decir con claridad que no soy un teórico del marxismo. Yo soy un hombre que ha leído algunos teóricos del marxismo. Sin embargo, no tengo la petulancia de pensar que sobre esta materia podría tener una palabra muy autorizada. Me satisface, sí, que lo que haya dicho por lo menos plantee una inquietud. Yo no diré silvestremente, ni pedestremente -pero sí como un hombre que no es un teórico-, que el marxismo no es una cosa estática; creo que es un método para interpretar la historia. No es una receta para aplicar desde el gobierno. Yo, intencionalmente, dije que en algunos países se había cumplido con esa etapa señalada como de transición, lo que se denomina la dictadura del proletariado. En que hay dos aspectos: uno político y otro social. El político es la dictadura, el social es el proletariado. Nosotros hemos cambiado aquí la dimensión de dictadura por una táctica distinta; pero el otro factor, el social, está presente. Porque yo he hablado, y creo que es difícil que en un Parlamento burgués se hable así, de proletariado. He hablado de los trabajadores y he dicho que éste es un Gobierno de los Trabajadores. Y dentro de los trabajadores, indiscutiblemente, el factor más importante es el proletariado. Entonces, yo creo que los ortodoxos del marxismo me permitirán esta incursión que no pretende sentar teóricamente una posición doctrinaria, pero que creo que puede señalar que para nosotros existe una aplicación táctica de acuerdo con la realidad chilena. Y, si acaso rompiéramos la virginidad de los ortodoxos pero hiciéramos las cosas, me quedo con lo segundo.