Pronunciado: El 8 de agosto de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de
febrero de 2016.
Compañeros, les insisto, que quede bien en claro, yo no puedo meter a la cárcel a nadie, ni puedo decretar la libertad de nadie en este país.
Estas son las dificultades de las que les hablaba y por eso lo hacía observar a un compañero, que por la forma que está vestido, me pareció que tenía que comprender con claridad lo que estaba diciendo yo. A un compañero modesto, a un poblador, yo puedo estar horas explicándole, pero a un hombre que tiene la apariencia de tener un nivel educacional más alto, yo tengo la obligación de hacerle escuchar las cosas y que me las conteste, pero con razón, no a gritos.
Compañeros, yo no puedo poner -repito- en libertad a nadie. ¿Qué más quisiera yo, camaradas, que devolverle la vida al compañero caído?
Yo soy compañero de ustedes. Por último soy un hombre que tiene sentimientos.
Tengo mujer, tengo hijas, tengo nietos, camaradas. Yo también hablé en los funerales de mi padre, me dieron media hora para salir porque estaba preso, compañeros. Eso merece respeto.
Compañeros, ¿qué quisiera yo? Que no hubiera ocurrido lo que ocurrió, camaradas. ¿Qué tengo que hacer? Nombrar una Comisión, además de la justicia a la cual ustedes van a recurrir, además del sumario administrativo, una Comisión en que van a tener representación los pobladores por primera vez en la historia y por primera vez en la historia, mientras dure la investigación, han hecho dejación de su cargo por petición mía el Director y el Subdirector de Investigaciones. Por petición mía, camaradas. ¿Cuándo ocurrió esto? Y cuando los pobladores exigieron, algo muy distinto que lo que hicieron con los de José María Caro, con las calles de Santiago, con El Salvador, con Pampa Irigoin.
Yo estuve en José María Caro, yo estuve en El Salvador, yo estuve en Pampa Irigoin. Yo llevé al Senado, camaradas, las bombas lacrimógenas lanzadas en El Salvador. Pero también tengo que decirles, no se puede juzgar ni a una institución cualquiera por la actitud de un hombre ni dos, y nadie puede ser juzgado sin ser oído, absolutamente nadie. Ni en la justicia burguesa, ni en la justicia proletaria. Si no procediéramos así, compañeros, se acabarían los derechos que cada uno de ustedes reclama.
Por eso, yo he dictado -voy a dictar para ser más claro apenas termine esta reunión- el decreto a que he hecho referencia. Enseguida he aceptado puntos esenciales de ustedes: Investigar si vinieron ambulancias. Sí compañeros tengo que investigar, y lo voy a hacer, me parece muy extraño que hubieran llegado ambulancias del Servicio Nacional de Salud, apenas llegaron aquí las fuerzas policiales y lo voy a investigar. Sí compañeros, lo voy a investigar.
Me lo han sostenido los compañeros dirigentes de ustedes; lo voy a investigar; ¿qué más que han pedido los compañeros que no haya represión?
Sí compañeros, se los he dicho, pueden estar tranquilos. Por esto estoy aquí yo también con el mismo dolor de ustedes, pero como Presidente de Chile dándoles mi palabra que pueden volver al campamento los que se han ido con su familia y que no les va a pasar nada. ¿Qué más me pidieron los compañeros? Que diera pensión para la viuda y también compañeros en el caso que algún compañero quedara inválido. No necesité ser Presidente para comprender eso, porque los proyectos de ley que le dan pensiones a las viudas del carbón llevan la firma del Senador Allende. Lo mismo lo de El Salvador.
Con mayor razón ahora que soy Presidente. Me han pedido los compañeros que se indemnice a aquellas familias cuyas pertenencias han sido destruidas o han desaparecido. Serán los propios compañeros de esos campamentos, yo confío en su honradez y en su sentido de dirigentes, los que tendrán que decir efectivamente esta familia tenía tales bienes que se han desaparecido o se han destruido y se les va a indemnizar compañeros. ¿Qué más me han pedido los compañeros? Que use una cadena nacional para exponer los puntos de vista de los pobladores. ¿Qué les dije yo a los compañeros? Voy a estudiar esta petición. Pero también les dije, compañeros si la acepto tenemos que ponernos de acuerdo -no es censura previa- sobre cómo se van a plantear los problemas, porque tampoco es posible que se use cadena nacional para aseverar cosas que no sean exactas o en las que haya un error de interpretación.
No se puede culpar a una institución porque ha habido errores. Nadie podría culpar al Partido Socialista si yo mañana cometo un error. Me podrán culpar a mí compañeros, pero no se puede generalizar. Este es un error camaradas.
Tengo entendido, que estos son los puntos esenciales sobre los cuales yo ayer me pronuncié favorablemente.
Me han planteado compañeros, -se me olvida un punto- que se investigue si ha habido torturas; ¿qué dije yo? que bueno, pero le expliqué a uno de los compañeros, que tiene que informar -para que tenga validez ante la justicia- el médico legista, y yo me empeñaré que así sea. Yo no tengo, camaradas, sino que decirles cómo y qué instrumento puedo usar y esos instrumentos los voy a usar, pero los compañeros tienen que entender que no es fácil cambiar la mentalidad. Si muchos compañeros no quieren entender que este Gobierno es de ustedes y que es distinto lo que pasa hoy día, basta mirar mi ejemplo. Aquí estoy camaradas, aquí estoy con tres compañeros o cuatro, ¿por qué estoy aquí? Porque soy compañero de ustedes. Pero hay mucha gente que no entiende que está en el Gobierno.