Salvador Allende

Discurso desde los balcones de la Intendencia de Concepción 


Pronunciado: El 7 de febrero de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 3 de febrero de 2016.


Pueblo de Concepción. Autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Estimados amigos, compañeros parlamentarios de los partidos de la Unidad Popular. Compañeros alcaldes y regidores. Compañeros Ministros. Saludo a los Ministros que llegaron antes que yo aquí, en la persona de un Ministro de esta región, recientemente nombrado en la cartera de Justicia, al compañero Manuel Sanhueza. (Aplausos).

Queridas compañeras, y queridos compañeros.

Quiero agradecer en nombre de Tencha y en el mío la calurosa, cordial y fraterna bienvenida que hemos recibido a lo largo del camino y de las calles desde el Aeropuerto hasta aquí.

Quiero agradecer la presencia humana y combatiente de miles y miles de mujeres, hombres y jóvenes de Concepción, que han venido a traerme su estímulo con su presencia aguerrida, su esperanza y la fe en la pujanza del pueblo que han venido a entregar, una vez más, su lealtad a la Revolución Chilena y al Gobierno Popular. (Aplausos).

Venir a Concepción es entrar en la historia de Chile. Aquí se vio la bravura en las luchas de Arauco y Concepción que junto a Santiago, fueron los pivotes esenciales en la batalla emancipadora por la Independencia de la Patria.

Concepción, provincia prodigiosa por su belleza, por su mar, por sus lagos, por sus ríos.

Concepción tierra pródiga, donde el campesino abre el surco con una nueva fe, donde el obrero en la usina y en la empresa, anuncia un destino mejor. Provincia de Concepción, donde la tradición minera enciende centenariamente el carbón para señalar la ruta roja, del esperanzado pueblo chileno. Concepción, tierra de marinos. Concepción, provincia donde el hombre se asoma a la cultura, con la actividad pujante de su Universidad, donde el fragor de las luchas juveniles dan la tónica de lo que es la juventud que abre los horizontes del mañana, volcando con decisión combatiente su empeño de hacer de esta zona y de Chile, tierra libre y de chilenos. Vuelvo otra vez a estar con Uds. Apenas comenzada la labor del Gobierno Popular, vine aquí para firmar el primer decreto que estatizaba la primera industria textil, que pasara a formar parte del Área Social de la economía del Estado. (Aplausos).

Vuelvo a esta zona, para dialogar con ustedes, vuelvo a esta zona para conversar con el pueblo y para fijarlas grandes líneas de la acción común, que el pueblo y el Gobierno tendrán que recorrer en este año y en los próximos.

Puedo decir, con profunda satisfacción: la Revolución avanza y que el pueblo tiene conciencia de la responsabilidad que asume en esta gran tarea.

La revolución implica cambios y transformaciones estructurales, esfuerzo, sacrificio, y trabajo, capacidad creadora; la Revolución no es tarea para cómodos ni son horas placenteras, es la dura, la esforzada, la patriótica realización con el esfuerzo y el sacrificio común de un destino histórico, que se crea produciendo más, trabajando más, superándose más, abriendo la conciencia de las masas, para señalarles que ellas son el factor esencial de estas transformaciones, de esta etapa revolucionaria, para crear un nuevo sentido de responsabilidad y un nuevo sentido de la moral, y lo puedo decir, como Compañero Presidente de ustedes, que he visto que la revolución va más allá de los partidos de la Unidad Popular para entroncarse en la conciencia del pueblo de Chile. (Aplausos).

La Revolución no es una batalla, es una larga y permanente campaña en ella, en esa campaña el Pueblo tiene victorias y recibe también derrotas, hemos ganado batallas económicas, políticas y sociales. En el campo económico tenemos el control de las riquezas básicas del país; hoy el carbón es nuestro, el salitre es nuestro, el hierro es nuestro, el acero es nuestro, el cobre es nuestro. (Aplausos).

Por ello no sólo significa fortalecer el Área Social de la economía, representa romper la dependencia, avanzar hacia la independencia económica y conquistar entonces la plenitud de nuestra soberanía, recuperar para un pueblo, en vías de desarrollo, sus riquezas fundamentales, derrotando la penetración foránea imperialista, es darle un sentido patriótico y profundamente nacional a la lucha del pueblo y este es el alcance y significado que tiene la recuperación para Chile de sus riquezas esenciales que estaban ayer en manos del capital extranjero. (Aplausos).

 

Nuestras grandes realizaciones

Casi todo el sistema bancario es del Estado. Los monopolios textiles más significativos y el cemento forman parte del Área Social. Hemos expropiado 1.700 latifundios, ello representa tres millones de hectáreas; en un año hemos hecho más de lo que hicieran otros gobiernos y otro gobierno en seis años. Hemos aumentado la producción en manos de las empresas o industrias estatales, y contra todos los agoreros, destacando sí que en esta cifra está incluida Andina y Exótica, hemos producido el año 1971, 730.000 toneladas de cobre, de la grande, mediana y pequeña minería; aumentamos en más de 200.000 las toneladas de cemento; en el acero hemos alcanzado la cifra más alta de la producción con 640.000 toneladas.

El crecimiento, el esfuerzo conjunto, lo que dominan los economistas del producto nacional, ha llegado a 8,7 8,8% y la producción industrial ha alcanzado a los niveles más altos de los últimos 15 años con un 13% y han aumentado las industrias alimentarias, los textiles, el caucho, los equipos eléctricos y los químicos, en porcentajes muy significativos: en el petróleo hemos alcanzado 5 millones 600 mil metros cúbicos en refinación; y puedo señalar que Concepción ha pasado a la cabeza en esta materia y puedo decir con satisfacción, para Uds. que aquí en Concepción, donde hay mayoría de empresas estatizadas, es la provincia que ha alcanzado con ellas, el más alto nivel de Chile.

El salitre ha tenido un aumento de un 23% totalizando 830 mil toneladas; el carbón, un aumento de un 200% con 1.400.000 y tantas toneladas.

Hemos creado la Empresa Nacional de Distribución, y se ha organizado también el pueblo con cierta dificultad, por falta de decisión de algunos partidos, en un número limitado de Juntas de Abastecimientos; pero quiero decirle al pueblo que en Santiago, a través de las juntas de abastecimientos establecidas, se reparten en las poblaciones, en los sectores suburbanos, 300 toneladas de carne por semana, que representan 300 mil kilos; y que dan posibilidades de ser distribuidas justicieramente a más de 100 mil chilenos.

Ojalá se aprenda esa lección y se cumpla con la tarea de contribuir a la distribución y a través de la Junta de Abastecimiento cautelar el legítimo derecho del pueblo a alimentarse. (Aplausos).

A través de la lucha tesonera del pueblo hemos ganado algunas batallas sociales; y a través del Ministerio de la Vivienda, de la Asociación de Ahorro y Préstamos, de CORA e INDAP, se inició la construcción de 100 mil viviendas en el año 71, lo que representa posibilidad de techo para más de medio millón de chilenos.

La cesantía, ha disminuido al 3,8% y la recibimos con un 8,3%; este es el nivel más bajo alcanzado en los últimos 20 años. Se han creado 200 mil nuevas plazas, para dar trabajo a 200 mil chilenos que representan un amplio sector familiar.

Hemos aumentado el consumo popular en un 13%.

La distribución del ingreso, señala que hoy los trabajadores tienen el 60% de la renta nacional.

Por primera vez en la historia, se alcanza este porcentaje. Antes una minoría tenía el porcentaje más alto; hoy los trabajadores tienen el 60% de la renta nacional.

Se ha ampliado la Enseñanza Básica, que cubre entre cuatro y catorce años, al 98% de la población escolar. La educación media, profesional y técnica alcanzó un aumento de un 38% y la universitaria a un 28%.

No daré el detalle de lo que representa en el campo social el aumento de las pensiones, pero sí puedo decirles que cuando el fragor del encono, cuando la violencia injusta, cuando el adjetivo hiriente se alza en contra de los hombres de la Unidad Popular y su Gobierno; cuando yo, Presidente y compañero de ustedes, siento que me cerca la incomprensión y la injusticia, de aquellos que defienden sus privilegios, me basta recordar que este es el primer Gobierno en que ancianos y ancianas no han tenido que salir a la calle en actitud mendicante; y que por primera vez espontáneamente, han expresado su reconocimiento al Gobierno Popular que le ha hecho justicia a las viejas y a los viejos de la Patria. (Aplausos).

Han sido puestos en marcha planes de salud para combatir las diarreas estivales. Hay que comprender, y lo especificaré en pocos minutos más, la lamentable imposibilidad existente en nuestro país de dar salud a todos los chilenos, porque faltan médicos, enfermeras, personal auxiliar, porque se requiere un proceso de reeducación y democratización del Servicio Nacional de Salud y en ello estamos empeñados. Sin embargo, puedo señalar que los índices de mortalidad por diarreas de verano, han bajado ostensiblemente, lo cual significa que hemos salvado miles de vidas de niños chilenos, que serán mañana ¡ciudadanos de la revolución constructora! (Aplausos).

Hemos dado y ganado batallas políticas, y quiero que me escuchen con tranquilidad, no vengo a buscar Aplausos, quiero que el pueblo entienda algunas cosas hemos dado y ganado batallas políticas. La revolución chilena tiene características propias, de acuerdo a nuestra realidad. Lo que se ha llamado la vía chilena implica dentro de los marcos de la propia democracia burguesa, hacer las transformaciones revolucionarias. Y nosotros, acusados de no respetar la democracia, las garantías constitucionales y los derechos que el pueblo alcanzó, hemos obtenido triunfos políticos trascendentes, defendiendo nosotros la Carta Fundamental. Hemos recurrido al Tribunal Constitucional frente a la decisión del Congreso de incorporar determinados artículos en la Ley de Presupuesto, hecho que estimamos inconstitucional, y el fallo del Tribunal Constitucional favoreció la tesis del Gobierno.

Fuimos al mismo Tribunal a hacer respetar el derecho a los vetos que habían sido denegados en la Ley de Arriendos y el Tribunal Constitucional reconoció la veracidad de nuestros planteamientos.

En las tres oportunidades que hemos recurrido al Tribunal Constitucional, éste se ha pronunciado en favor del Gobierno, y ha señalado que el Gobierno se ha mantenido dentro de los sauces constitucionales. (Aplausos).

Ejerciendo una prerrogativa constitucional, como Presidente de Chile, designé Ministro de Defensa, cuando fue suspendido por la Cámara, al estimado compañero José Tohá.

Parlamentarios de oposición, han presentado al Tribunal una petición de inhabilidad, que aunque pudiera decirse que ello no tiene fundamento, por el hecho de que el Ministro está como titular de la Cartera, después que la Justicia estableció que no había ningún delito por el cual pudiera ser sancionado, de todas maneras, yo espero el fallo del Tribunal Constitucional, porque este Ministro confirmó determinados decretos y tengo la esperanza cierta que se ha de reafirmar el derecho del Presidente de Chile en un régimen Presidencial, de designar sus Ministros, e impedir que se convierta esto en un régimen parlamentario. (Aplausos).

 

Nuestros adversarios se reagrupan

Sin embargo, el pueblo debe entender que frente a los triunfos y victorias populares, nuestros adversarios se reagrupan, reaccionan en contra nuestra a través de los medios de información nacionales e internacionales, que avanza la actitud opositora al Gobierno, a veces más allá de los límites legítimos de una auténtica oposición.

Ante eso, debemos señalar que en el Congreso se ha producido esta unidad, que se ha expresado además en combates que honestamente reconocemos que el pueblo ha perdido.

Fuimos derrotados en la elección complementaria de Valparaíso, fuimos derrotados en las elecciones de O’Higgins, Colchagua y Linares, esta no es una derrota del Gobierno, esta es la derrota de un pueblo, que no ha alcanzado los niveles de la prensa internacional, pero: ¡Hasta cuándo no va a entender el campesino, el obrero, el empleado, el pequeño comerciante, el industrial, que en este Programa, que en el Programa de Gobierno Popular, está la posibilidad de cambiar su vida! ¡Hasta cuándo el hombre del pueblo no trata en su casa la inquietud de sus propios problemas! ¡Hasta cuándo el hombre del pueblo, profesor, trabajador de la oficina, campesinos, empleados, no entienden que en torno a él hay una madre, una hermana, una mujer, una hija, una compañera y que él tiene la obligación de hacerla entender a ella, que para ella la Revolución es la máxima liberación! (Aplausos).

Frente al panorama político que Chile ha vivido, frente a la campaña internacional, frente al fortalecimiento de los sectores opositores, estimamos conveniente ampliar la base social del Ministerio y preocuparnos de hacer los planteamientos que alcancen a las capas medias de nuestro país.

Integramos el Ministerio con parlamentarios de la Izquierda Cristiana y del PIR, representando un aporte de nueve y doce parlamentarios, respectivamente.

Hemos juzgado la ampliación de la base social y la integración de los partidos que forman la base política del Gobierno. Hemos señalado la necesidad de analizar las batallas que tenemos, y cómo debemos darlas y hemos planteado y daré en el momento oportuno las cifras necesarias para que se entienda que por sobre los caudillismos partidarios y los personalismos, está la gran responsabilidad de dar las batallas con un sentido profundo y hondo, de una auténtica unidad: ¡la Izquierda unida jamás será vencida! ¡Pero, para que este grito sea verdad hay que unir efectivamente a la izquierda chilena! (Aplausos).

Por eso es que los dirigentes de los partidos populares nos reunimos, porque estuvimos presentes, además los integrantes del Gobierno para estudiar durante cuatro o cinco días los problemas de Chile, las tareas que teníamos por delante este año y los próximos para aprender de nuestros yerros y para analizar el porqué de algunas de nuestras derrotas.

Yo puedo decirle a Uds. que ahí no ha habido cábalas ni actitudes que silencien las palabras de análisis autocrítico, profundo y serio. El país conocerá mañana un documento que, por primera vez en la histeria, harán los partidos del Gobierno, para entregarlo a la discusión de las masas populares, queremos que ese documento se analice en las juntas de vecinos, en los sindicatos, queremos que ese documento se analice en los centros de madres, en las poblaciones, en las asambleas populares, en las reuniones partidarias, queremos que Chile entero entienda que el pueblo hecho Gobierno tiene la responsabilidad del conocimiento de las tareas que debe cumplir.

Por eso hemos reconocido nosotros que, si bien es cierto, no hemos retrocedido un paso, hemos avanzado en el cumplimiento del Programa que el pueblo se diera.

No negamos que hay todavía algunos vicios: el sectarismo, el burocratismo, el dogmatismo, que golpean fuertemente las relaciones dejos partidos de la Unidad Popular, dé los militantes de la Unidad Popular, con chilenos que no siendo hombres de nuestras filas, tienen el mismo derecho al trabajo, a la educación y al pan. Por eso, saldrá de allí la decisión de romper el sectarismo, y hacer entender que más allá de la capilla partidaria y del funcionario con camiseta de partido, está la obligación de entender que se trabaja por la Revolución, por Chile y por su pueblo. (Aplausos).

 

Hay que terminar con la mentalidad de algunos funcionarios empapados en la irresponsabilidad, que a veces van a recibir lo que debieran hacer en función a su responsabilidad. Por ejemplo, un trámite de designación en el Servicio Nacional de Salud, significan 9 meses, casi un parto, compañero, para un nombramiento.

Sepan Uds., que la tramitación de las pensiones tiene un promedio de duración de dos años, piensen lo que eso significa, un hombre, una mujer que tiene un derecho al término de su vida, cuando debe recibir su pensión, tiene que esperar dos años, recibiendo tan sólo un porcentaje de lo que le corresponde.

Un trámite en el Banco Central significa 19 timbres, vale decir, que tiene que pasar por 19 funcionarios.

Un trámite, me lo decía Américo Zorrilla, en el Ministerio de Hacienda, tiene que pasar por 24 funcionarios y siempre todavía en muchas oficinas públicas, o en muchas Cajas de Previsión, está la respuesta: ¡Vuelva mañana… vuelva mañana! Y muchas veces, por factores que explicaré si tengo tiempo, en las policlínicas, o sencillamente porque no se cumple con las horas de trabajo, van mujeres con sus niños enfermos, o enfermas ellas, y tienen que ir y volver… ir y volver… ir y volver, cuatro o cinco veces, una semana, esperando, cuatro o cinco horas, para ser atendidas. (Aplausos).

Tenemos que terminar con este burocratismo, y el pueblo puede ayudar, haciendo las denuncias, señalando estos hechos, criticando en voz alta a los responsables de este papeleo que ahoga en gran parte nuestra vida nacional.

Debemos tener una nueva moral, y un sentido distinto. Y este Gobierno ya ha empezado sin vacilaciones a poner el termocauterio, en algunas personas que han cometido delitos en contra del interés del Estado y del Fisco, y ahí están las denuncias que hemos hecho, ya hay muchos en la cárcel, y habrán muchos más, por los delitos aduaneros y por la distribución que se hizo de los retornos indebidos de algunos fletes. Y ahí están en la cárcel, ahora, algunos funcionarios del Banco del Estado, que coludidos con malos empresarios entraron a las arcas de esa institución.

Yo les digo a Uds. lo que le dijera al pueblo de Chile el 4 de noviembre de 1970: en este Gobierno se podrá meter los pies, pero no se podrá meter las manos, y los vamos a cumplir. (Aplausos).

 

En esta reunión, de los dirigentes y los representantes del Gobierno, destinada a analizar, como dijera, los problemas de Chile y su pueblo, precisamos cuáles son los enemigos nuestros y nuestros adversarios. Adversarios son aquellos que tienen ideas distintas, y que por los cauces de una oposición legal tienen perfecto derecho a discrepar de nosotros. Enemigos son los que no aceptan su derrota, que quieren atajar la historia, que buscan caminos tortuosos, que han pretendido conspirar y que sueñan con la sedición.

Enemigos de clase son los latifundistas, los monopolistas, los banqueros y los imperialistas; y el pueblo debe conocer, y distinguir, entre sus adversarios y sus enemigos, y debe saber y entender que nunca podrá haber reconciliación con los enemigos de clase o entendimiento con los enemigos del pueblo. (Aplausos).

Allí en la reunión que comento, se estableció que hay sectores, grupos y partidos revolucionarios que no están en la Unidad Popular, con los cuales yo he planteado el diálogo público. Yo digo que es indispensable y necesario este diálogo, para que el país entero sepa que es posible y yo lo creo que será encontrar acciones comunes, para defender al pueblo en su anhelo de una vida digna y mejor.

Para nosotros no pueden ser ni adversarios ni enemigos aquellos revolucionarios que no están en la Unidad Popular, pero, para ellos tampoco pueden ser adversarios o enemigos la Unidad Popular, o algunos de los partidos que la integran. (Aplausos).

Debemos clarificar nuestro pensamiento y entender que la Revolución tiene que cumplir grandes tareas. No debemos nosotros olvidar y despreciar a nuestros adversarios, no podemos nosotros dejar de estar vigilantes frente a nuestros enemigos. Tenemos la obligación de preocuparnos con un sentido superior, histórico, de la tarea que un pueblo organizado, disciplinado y consciente, tiene que llevar a cabo para hacer posible la vida distinta, y la Patria diferente qué tanto anhelamos.

 

Quiero ahora, señalar para Uds. las tareas que nosotros queremos que el pueblo entienda que debe cumplir para 1972, y cuando digo que el pueblo debe cumplir es porque quiero taladrar la conciencia y el corazón de Uds. Esta no es tarea de un hombre y de un grupo de partidos, esta es una tarea común y colectiva, es la tarea del campesino y del profesor universitario, es la tarea del empleado, del técnico, del profesional, es la tarea del pequeño industrial, comerciante o industrial, es la tarea de la dueña de casa, de la muchacha y del hombre joven, es la tarea del soldado, del marino, del aviador, del Carabinero respetando totalmente su apoliticismo, es la tarea en común de un pueblo que sabe que sólo con el sacrificio de todos podrá alcanzar la meta anhelada, que convierta a Chile en un país señero, donde la dignidad sea la mano que marque la vida del hombre, donde la independencia económica nos dé el derecho a nuestra soberanía, para hacer de Chile un país como anhelaron los Padres de la Patria, para hacer de Chile el crisol de una auténtica nueva sociedad. (Aplausos).

Por eso, tenemos que completar la formación del Área Social, tenemos que mejorar el nivel de vida popular, aumentar las inversiones, acentuar la participación de las masas en el ejercicio del Gobierno y del Poder. El Área Social hay que incrementarla, para terminar con los monopolios hemos entregado una lista de las empresas que el Gobierno estima que deben ser estatizadas, y que alcanza un número cercano con las que ya están en poder del Estado a las 120. Debemos expropiar este año 2.000 latifundios. Debemos terminar con los pocos bancos que aún no están dentro del Área Social. Tenemos que establecer un presupuesto de divisas y hemos creado el Comité de Comercio Exterior para establecer las prioridades que el país necesita, y poder satisfacerlas dentro de lo exiguo de nuestro presupuesto en moneda extranjera.

Para mejorar el nivel de vida, hemos acentuado este año la redistribución del ingreso, y los convenios CUT GOBIERNO, representan un paso trascendente en este sentido; pero para poder mejorar los niveles de vida del pueblo, debemos cumplir con la gran tarea de hacer que la tierra chilena produzca los alimentos que Chile reclama y necesita.

Planteamos para este año un aumento de la producción agrícola, que signifique incorporar 200 mil nuevas hectáreas. Este año importaremos 10 mil tractores.

Anualmente Chile importaba entre 2.300 a 2.500 tractores, cantidad que a duras penas compensaba los tractores que se deterioraban. Este año nos hemos propuesto traer 10 mil tractores, ya que hemos firmado contrato con la Unión Soviética, para que nos entregue este año cinco mil tractores que hemos adquirido en países de la Europa Occidental y en países Socialistas también de Europa. (Aplausos).

Necesitamos aumentar los fertilizantes, de allí el esfuerzo de los trabajadores del salitre.

Necesitamos más fosfato para la Agricultura. Vamos a aumentar la producción de carne de ave, de 50 mil toneladas, aumentaremos a 80 mil, la de pollos. Vamos a salvar a 50 mil vientres vacunos, para poder echar las bases serias de un desarrollo de nuestra ganadería. Haremos una inseminación artificial que alcance, naturalmente, a las posibilidades nuestras.

Necesitamos un control sanitario más profundo, y de allí entonces que combatiremos más fuertemente la fiebre añosa y de 5 millones de dosis, las elevaremos a 8 millones.

Vamos a expropiar todos los latifundios y con los dos mil latifundios que expropiaremos este año, más aquellas tierras que entregan voluntariamente sus propietarios, y aquellas que estén abandonadas. Este año, en poder del área agrícola reformada estará más del 50% de la tierra cultivable de Chile. (Aplausos).

Tenemos que intensificar la ayuda técnica, aumentar el riesgo y perfeccionarlo; técnicos israelitas sostienen que con la misma agua podría aumentarse mejorando las condiciones de riego un 40% de la extensión nuestra.

Tenemos que triplicar el esfuerzo de reforestación. El año 1970 se forestaron 25 mil hectáreas, 70 mil el año 71, y este año, el 72, tenemos que forestar 100 mil hectáreas; aumentaremos la celulosa, con la puesta en marcha de empresas que comenzaron a construirse antes de este Gobierno, pero que nosotros terminamos como era justo hacerlo.

Por último queremos que se entienda que este problema de la tierra, está ligado a la actitud del campesino, del trabajador de la tierra, del hombre del agro, postergado ayer.

Por eso es que nosotros queremos crear los Consejos Campesinos y queremos que el campesino participe en los estudios de expropiación, en los esfuerzos productivos; que el campesino sepa que él es el hombre que con su esfuerzo, hará posible que el pueblo coma; he dicho: “la tierra es el pan y el cobre es el sueldo de Chile; si importa e interesa que el minero comprenda lo que representa extraer el cobre, también el campesino debe entender que de él depende el futuro de la Patria, alimentando a los niños y al pueblo chileno. (Aplausos).

Duplicaremos la pesca; y debo decir aquí en Concepción, no habrá dificultad alguna con los pescadores artesanales. Hemos obtenido en arriendo, barcos de Cuba y barcos de la Unión Soviética, barcos factoría, que nunca conocieron los chilenos, y ya hemos obtenido la pesca de esos barcos, lo que representa un aporte extraordinario frente a la carencia de carne de vacuno.

En el mar está la gran seguridad de conseguir proteínas para el pueblo de Chile y por eso, hemos comprado camiones frigoríficos para hacer posible una mejor distribución. El pueblo debe aprender a comer el pescado, que tiene una variedad enorme de posibilidades, que es de buen gusto y que representa un gran alimento. El esfuerzo, hecho por este Gobierno, al obtener en condiciones excepcionales el apoyo y la ayuda de Cuba, representada en barcos de alta mar de la Unión Soviética y un barco oceanográfico, demuestra la decisión del Gobierno y del pueblo, de tener el derecho a más proteínas y demuestra lo que es la solidaridad y la fraternidad de los países revolucionarios del mundo. (Aplausos).

Tenemos que aumentar la producción textil y de vestuario. Compraremos más maquinarias para tejidos; implantaremos fábricas e industrias para vestuarios y aumentaremos el calzado.

Ya dije que este año se entregarán 100.000 viviendas, que significarán techo para 500 mil chilenos; debemos mejorar la locomoción colectiva.

Hace muchos años que dije: hay una gran diferencia entre los hombres, entre aquellos que tenemos automóvil y los que no lo tienen. Aquellos que tenemos agua y aquellos otros que no la tienen.

 

Cuántas veces he pensado lo que representa la tarea para un Gobierno, cuando en Chile hay 3 millones trescientos mil chilenos que no tienen agua potable. Cuando uno piensa lo que pasa en un hogar modesto y humilde, cuando uno llega a su casa y abre e! agua fría o el agua caliente, cuando piensa que hay compañeras que tienen que ir con un tacho, a veces, a buscar en un pilón que está a 3 o 4 cuadras de la casa, unos cuantos litros de agua, para todas las necesidades del día. Cuando uno pasa y lo hago yo no sólo ahora, y lo reconozco en el automóvil y ve que hay gente que está esperando y haciendo largas colas; cuando no ignora que a veces un obrero sale a las 6 de la mañana, para llegar a las 8 a la fábrica, y porque sabe que tiene que tener 2 horas, por lo menos, para poder movilizarse y llegar puntualmente, y sucede lo mismo en la tarde para regresar a su casa, comprende entonces lo que representa la locomoción.

Nos hemos empeñado en Santiago en acelerar los trabajos del Metro; pero también hemos importado 1.000 chasis para carrozarlos en Chile y 1.000 chasis carrozados, para mejorar la locomoción colectiva, no sólo en Santiago, sino también en las capitales de provincias. Frente a esto les he dicho a los compañeros encargados de la Subsecretaría de Transportes, que cuando lleguen los primeros 100 buses carrozados, deben destinarse a la locomoción de los escolares menores de 14 años; queremos que esos niños viajen en buses del Estado y que no paguen pasaje para ello. (Aplausos).

Han aumentado tanto las demandas de pasajes, la verdad es que es tan barato volar de Santiago a Concepción o de Santiago a Magallanes, que se ha incrementado en un 45% la movilización de pasajeros. Quisimos comprar aviones de los mismos que tenemos y que son norteamericanos, para eso pedimos un préstamo a un banco: se nos negó. Por eso, nos hemos vistos obligados a reducir los viajes al extranjero, y a destacar aviones que hacían esos viajes, para atender mejor a los chilenos de la Zona Austral o de la Zona Norte. Estudiaremos en definitiva cómo debemos reponer o incrementar la flota aérea comercial nuestra, de la misma manera que tenemos que darle un fuerte impulso a la marina mercante nacional para el cabotaje.

Pero más que nada me interesa señalar que nosotros tenemos que luchar para hacer normal el abastecimiento del pueblo. Dije que hemos aumentado la producción de alimentos, de telas, de zapatos; pero al mismo tiempo y no podemos negarlo ha habido dificultades de abastecimiento. Pero el pueblo tiene que entender por qué se producen estas cosas.

Veamos, por ejemplo: nunca (ya lo dije hace un instante) se ha producido más acero. Y sin embargo faltan clavos. ¿Por qué? Porque nunca se ha construido más; porque nunca el pueblo compró más que ahora; y porque también y por desgracia, siendo este país uno de los más baratos del mundo, el contrabando está adquiriendo los caracteres de un gran mal nacional.

Dijimos que hemos aumentado en un 15% la producción textil. Pero faltan la crea y otros paños. ¿Por qué? Porque los que no podían comprar antes los 200.000 cesantes que había, los que tenían un ingreso muy bajo hoy día pueden comprar. Y aunque se ha echado a andar la capacidad ociosa que había en esas industrias, todo lo que se produce es poco, y todos pueden comprar más. De ahí entonces que se produzcan estos hechos.

En el caso de la carne, hemos aumentado en 1971, en varios millones de dólares, las compras de vacuno. Y sin embargo, una de las protestas más grandes sobre todo en algunos sectores de Santiago ha sido por la falta de carne de vacuno. Pero veamos: Argentina, país esencialmente productor de carne vacuna, tiene veda, y sólo 15 días al mes comen carne los argentinos. La carne subió de precio en el mercado internacional y hay escasez de ella en los países de Europa.

Nosotros, lamentablemente, no pudimos tomar medidas porque no éramos todavía gobierno, pero entre septiembre y noviembre de 1970 salieron de Chile más de 200.000 cabezas de ganado vacuno, que fueron llevadas a otros países. En estas condiciones, todavía se agrega el hecho de que alguna gente tiene un excesivo poder de compra; que además tiene los medios que le permiten guardar la carne 15 días o más; y que compra, no lo que necesita sino lo que quiere. A ello se agrega también la especulación.

 

Por lo tanto, el pueblo debe organizarse. Deben crearse las Juntas de Abastecimiento.

Deben movilizarse las Juntas de Vecinos. El pueblo debe contribuir a hacer posible el control de la distribución, y evitar la especulación. No podemos pensar que una burocracia de DIRINCO, un número restringido de empleados de DIRINCO, pueda hacerse cargo de la gran tarea responsable que implica garantizar que no haya especulación, y que lleguen al pueblo las materias esenciales y los alimentos. Es el pueblo el que debe cooperar; es el pueblo el que debe organizarse; es el pueblo el que debe entender; es el pueblo el que debe señalar; es el pueblo el que debe actuar y es de ustedes la responsabilidad, camaradas! (Aplausos).

Por eso me interesa señalar, que otro aspecto fundamental del programa está en las inversiones productivas. El año 1971, lo decimos honestamente, fue el año del control de precios, de la redistribución del ingreso. Fue el año en que pusimos en marcha la capacidad ociosa de las industrias. Este año necesitamos invertir más. Y el pueblo debe entender los problemas que heredamos.

¿Por qué Chile ha planteado, en escala internacional, la renegociación de la deuda externa? El pueblo debe saberlo: un país, una nación, tienen ingresos que provienen de sus ventas al extranjero; con lo que esas ventas les producen, compran aquello que no son capaces de producir. Chile, fundamentalmente (y por eso he dicho que el cobre es el sueldo de la Patria), tiene como ingreso sus ventas de cobre. Chile tiene ingresos por un total de 1.150 millones de dólares, y de éstos, 700 millones o más provienen del cobre.

Lamentablemente, el precio del cobre ha bajado extraordinariamente, también, hemos heredado un país hipotecado: en este momento, la deuda de Chile alcanza a 4.226 millones de dólares.

Y estamos renegociando una deuda de 3.800 millones de dólares. ¿Por qué, compañeros?

Porque si nosotros tuviéramos que cumplir los compromisos que heredamos, necesitaríamos este año un ingreso de 1.700 millones de dólares. Y sólo vamos a tener un ingreso de 1.150 o 1.200 millones. Tenemos que renegociar la deuda, porque este año tendríamos que pagar 410 millones de dólares.

Si acaso no renegociamos la deuda; si acaso se nos cierran las puertas; si acaso se nos combate por el apellido político que tiene el Gobierno Popular, se habrá cometido la más grande injusticia. Pero nosotros honestamente le hemos dicho al mundo: Queremos pagar. Vamos a pagar. Pero demos facilidades para pagar porque queremos hacerlo en relación con los ingresos que Chile tiene.

Queremos pagar. Pero ha primera obligación es que Chile y su pueblo puedan desarrollarse; puedan alimentarse; puedan vestirse; tengan escuelas; tengan hospitales; tengan trabajo.

Hemos ido, no en una actitud mendicante, sino en una actitud justa; y si bien es cierto que hemos encontrado resistencia, también es cierto que países de Europa que son acreedores nuestros, como España y Francia, como Suecia, han declarado la justeza de fa reivindicación que plantea Chile y el derecho de Chile a renegociar su deuda externa, al margen de su derecho de nacionalizar el cobre. (Aplausos).

Y el compañero Canciller Clodomiro Almeyda, rompiendo lo tradicional de las renegociaciones exteriores, se dirigió a los Ministros de los países del Pacto Andino, a los Ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, para señalar por qué Chile iba a renegociar su deuda; y al hablar en París, ha señalado lo que representa el hipotecamiento de los países en vías de desarrollo.

 

Chile tendría que destinar cerca del 38% de su ingreso, en las actuales condiciones, para pagar sus compromisos. Para entender esto pondré un ejemplo simplificado: supongamos que Chile tuviera un ingreso de 1.200 millones de dólares. Para pagar la deuda, en las condiciones actuales, tendríamos que destinar más de 400 millones.

Ustedes comprenden que esa cifra disminuye las posibilidades de inversiones y de las adquisiciones que Chile necesita hacer. Por eso es que los países como el nuestro tienen que usar un lenguaje distinto, y plantear con claridad su situación. Y nosotros tenemos confianza en que internacionalmente se entienda la justicia de nuestro planteamiento.

De todas maneras, actuaremos de acuerdo con nuestra responsabilidad de país pequeño, pero al mismo tiempo con dignidad y solvencia moral.

Necesitamos aumentar las inversiones, en las industrias que permitan incrementar nuestro comercio exterior. Tenemos que fijar metas, compañeros. El cobre debe significar una tarea nacional, y junto con traer una refinería, y un método de colada continua, necesitamos decirle a los trabajadores del cobre que 60.000 toneladas de aumento en la producción serán algo importante, pero que 100.000 toneladas serán algo mucho más significativo. Si el campesino; si el obrero, si la dueña de casa; si Chile entero les dice, sin decírselo; si les grita, sin gritárselo; si sienten los trabajadores, los técnicos y los profesionales del cobre, el peso de la demanda moral de un pueblo que necesita aumentar sus explotaciones de cobre; si pensamos cuántas casas, cuántos caminos, cuántas empresas, cuántas industrias, cuántos hospitales podríamos levantar con un incremento de 100.000 toneladas; si el obrero, el técnico y el profesional del cobre entienden el reclamo y la demanda de Chile, yo tengo la certeza y la seguridad de que cumplirán, y mañana el Gobierno Popular podrá decir que Chile ha dado un paso en el progreso gracias a los trabajadores del cobre. (Aplausos).

De la misma manera, tenemos que aumentar la producción de acero, de carbón, de salitre, de petróleo, de cemento y de hierro. Compañeros he estado en las otras provincias. Vi que falta cemento. Hemos aumentado la producción ¡Pero falta cemento!

¿Por qué falta? Porque nunca, ningún gobierno se atrevió a lanzar como éste un plan de construcción que significa 100.000 viviendas. La capacidad instalada en Chile en la línea blanca, por ejemplo, no va más allá de 80.OOO casas. Por lo tanto, hay que producir más cemento en relación con esta mayor demanda, con esta mayor posibilidad de construir.

Hay que aumentar la capacidad de las industrias llamadas de la “Línea Blanca”. Vamos a levantar una fábrica de cemento en Antofagasta, que entrará a producir el próximo año.

Se estudia la posibilidad de una nueva planta en Magallanes. Tenemos que aumentar la producción de Cemento Bío-Bío, de Cemento Melón, de Cemento Polpaico. Pero eso no se improvisa de la noche a la mañana.

Tenemos que incorporar la madera a la producción, para hacer posible nuevas casas, más casas. Pero este es un problema profundo, hondo, que el pueblo tiene que entender.

Del mismo modo, necesitamos aumentar, en nuestros planes, la posibilidad de ocupar los créditos que hemos obtenido en los países socialistas. Hay la posibilidad de 130 proyectos que tendrán que levantarse en estos cinco años, y que representan créditos por bienes de capitales que pueden significar más de 330 millones de dólares, que vienen de países socialistas, a un interés y con facilidades que nunca antes se imaginó el pueblo de Chile que podía obtener y que son expresión de solidaridad y de apoyo, más allá de nuestras fronteras, de esos pueblos que nos tienden cariñosamente la mano. (Aplausos).

Y junto con aumentar la producción en lo que llamamos Industria Pesada, tenemos que incrementar las Industrias Alimenticias. Pero yo quiero señalar a ustedes, algunos proyectos que son fundamentales para Chile. Veamos, por ejemplo, la energía.

ENDESA: en la Empresa Nacional de Electricidad, hay que completar la Central El Toro, e iniciar la Central Antuco. Esta será la Central Hidroeléctrica más poderosa de Chile.

Tenemos que ampliar la Central de Bocamina, la Central Térmica de Ventanas, la Central Térmica de Tocopilla.

ENAP. Empresa Nacional de Petróleo: ustedes saben, Chile tiene que comprar cerca de 50 millones de dólares al año en petróleo. Tenemos que agotar nuestros esfuerzos para encontrar petróleo. Se ha descubierto un nuevo pozo, que puede ser un yacimiento, en Magallanes; pero estamos haciendo investigaciones y perforando la plataforma continental. El equipo de perforación llega a Valdivia el 24 de febrero, y tiene un costo de inversión de 5 millones de dólares. Y puedo decirles que a fin de año se harán las perforaciones por aquí cerca, y es caso seguro que cerca de La Mocha, habrá posibilidad de encontrar petróleo. Y tenemos que ir, además, a la ubicación de los pozos de gas, en Temuco.

INACAR, Empresa Nacional del Carbón: tenemos que aumentar la producción. La hemos elevado ya, a un nivel que permitirá ahorrar en combustible 5 millones de dólares en tres años.

A grandes líneas he reseñado las inversiones en lo que podríamos llamar la Industria Pesada, que es fundamentalmente aceros, electricidad y combustibles.

Pero debemos también aumentar las industrias alimenticias lo que se llama la Agroindustria, para aprovechar los productos de la naturaleza, para deshidratar las frutas, para aumentar las conservas, para hacer posible el incremento de la producción lechera, etc., etc. Es decir, compañeros, tenemos que entregarnos a la tarea de mantener los actuales niveles de producción; mejorar la alimentación del pueblo; mejorar la movilización; crear nuevas fuentes de trabajo.

El año pasado dimos oportunidad de trabajo a 200.000 trabajadores; este año los necesitaremos, y a ellos hay que agregar 120.000 más.

Tenemos que construir unas 70.000 nuevas casas, además de las 100.000 que iniciamos el año pasado.

Necesitamos que los pequeños y medianos industriales comprendan que ellos nada tienen que temer del Gobierno Popular; que en estas condiciones pueden hacer sus inversiones y mirar con tranquilidad el porvenir. ¡Ya hemos dicho cuáles son nuestros enemigos! Por eso hemos firmado el Estatuto con la Pequeña Industria y el Artesanado es decir con la AMPICH, y esto significa un paso extraordinario para los pequeños artesanos y comerciantes.

Tenemos que hacer un esfuerzo muy grande. Y mirar, compañeros, más allá de nuestras fronteras. Vivimos en la Era Atómica, de la Energía Nuclear; vivimos en la Era de la posibilidad de los pueblos en función de la dimensión de la inteligencia humana. Chile debe encontrar Uranio; Chile debe buscar Uranio. Los técnicos de distintos países señalan que el Cobre está cerca del Uranio y el Uranio está cerca del Cobre. Nuestro Cobre tiene Tungsteno, Molibdeno, Manganeso, debemos hacer un esfuerzo nacional para encontrar Uranio, que será energía nuclear para la Paz, y fortaleza en la defensa de la soberanía de Chile. ¡Es tarea de Chile encontrar Uranio, y lo buscaremos y lo encontraremos, e incorporaremos a Chile a la Era Técnica del Progreso! (Aplausos).

 

Compañeros: como expresión y como símbolo del esfuerzo colectivo hemos levantado en Santiago el edificio que ocupará la III UNCTAD. Es un edificio monumental. Nunca antes se construyó un espacio tan amplio, en ocho meses, nunca antes se hicieron tantos metros cuadrados en ese tiempo.

Fui el sábado a ver el trabajo. Y hoy, antes de partir para acá, fui a la Asistencia Pública para saludar a un compañero que había ido a los trabajos voluntarios y que se había caído de un andamio.

¿Por qué traigo este recuerdo aquí? No sólo se trata de este obrero que hacía un trabajo voluntario. Estamos renegociando la deuda externa: Estamos planteando la realidad de los países dependientes, en la escala internacional, estamos intensificando las relaciones entre los países del Pacto Andino, nos vinculamos más y más con Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, intensificamos nuestros vínculos comerciales con Argentina, sin que ella esté en el Pacto Andino, fortalecemos más allá de nuestras fronteras y sin que ya se levanten para separarnos las fronteras ideológicas, las amarras que harán posible que América Latina tenga un perfil y un contenido distinto. Y por eso buscamos y obtuvimos que Chile se señalara como la sede de la reunión internacional más importante.

Ciento veinte países se reunirán en abril de este año en Santiago. Delegados de ciento veinte países estarán dos meses discutiendo aquí los programas de desarrollo y de comercio entre los países industrializados y los países dependientes.

¡Qué gran posibilidad, qué gran responsabilidad, qué gran tarea! En ese foro internacional, Chile levantará su voz para señalar el derecho de los pueblos como el nuestro a pedir una vida distinta y mejor, señalaremos las injusticias de las relaciones internacionales, el poder de determinados países industriales, que aplastan el derecho a la vida de los pueblos. Y podremos levantar nuestra voz en ese foro internacional, gracias al esfuerzo de obreros y técnicos chilenos, de empresarios y organismos del Estado que han levantado la estructura material que ha de cobijar la gran estructura moral y revolucionaria que levantaremos también en nombre del Pueblo de Chile, para señalar el derecho a una vida distinta y mejor, con derecho al trabajo, a la cultura, a la Dignidad y a la Independencia. (Aplausos).

 

Finalmente, compañeros, quiero decirles que en la reunión de El Arrayán hemos señalado la importancia que tiene la participación del pueblo. Hasta ahora esta participación no se ha hecho masiva ni efectivamente. La movilización de las masas se hace esporádicamente. Mucha de nuestra gente no entiende del enfrentamiento de todos los días y de cada instante contra sus enemigos de clase, el pueblo aún no se da cuenta de la responsabilidad que tiene.

Debemos entonces decir que ha llegado el momento de que la presencia de los trabajadores se haga más honda y más profunda en todos los niveles de la administración del Estado, en todos los organismos semifiscales y autónomos, e inclusive en las empresas privadas.

Debe discutir el pueblo cuáles serán las relaciones entre los sindicatos y las empresas estatizadas, entre los Comités de Administración o la Dirección de esas empresas, y los sindicatos, ya que en esas empresas la Dirección tiene representantes de los trabajadores, directamente elegidos por asamblea. Si el pueblo no organiza los Comités de Producción en cada taller, si en cada sección de una fábrica no existe ese Comité; si los obreros y obreras no entienden cuáles son las metas que en cada sección deben alcanzar, no podrán entender cuáles son las metas que en totalidad esa empresa debe lograr.

Por eso es que nosotros ponemos pasión, calor, en decirles que ustedes tienen que organizar esa participación, que debe expresarse como ya lo he dicho en todos los aspectos de la vida cotidiana: en la Junta de Abastecimientos, en los Comités de Empresa, en la discusión de las tareas comunes, en la presencia de los trabajadores (campesinos, obreros, técnicos, profesionales), en la actividad nacional.

Ya por ejemplo, y por primera vez en la historia de Chile, la Facultad de Medicina reserva 300 posibilidades de estudio para diversas carreras, y aun para la de Médico a 300 obreros. Pero debemos abrir eso mismo para los campesinos, para que sean prácticos agrícolas o ingenieros agrónomos. Tenemos que abrir posibilidades, e ir capacitando de alguna manera, a fin de que los trabajadores con más conocimiento se desempeñen de la mejor manera. Esta es la tarea que tenemos por delante, y yo los llamo a ustedes a cumplirla vigilantes frente al adversario, enconada, dura y firmemente vigilantes frente al enemigo, sabiendo la raíz de los problemas que tenemos que superar y asumiendo también la responsabilidad de hacer un esfuerzo para lograrlo.

El Trabajo Voluntario no puede ser una entretención. No puede ser tan sólo el esfuerzo de compañeros jóvenes. El Trabajo Voluntario debe ser algo permanente y cotidiano, debe reflejarse en las pequeñas y en las grandes cosas. En Chuquicamata, los días domingos, con trabajo voluntario, han movilizado 40.000 toneladas de ripio. También es trabajo voluntario hermosear una calle; construir una plaza de juegos infantiles, limpiar las poblaciones, terminar con los basurales. Hay trabajo voluntario, si se quiere, en mil cosas pequeñas, medianas o grandes, pero que representan una mentalidad distinta, un pensamiento diferente y una actitud solidaria, una vocación de servicio público. ¡Yo reclamo de ustedes el trabajo voluntario, organizado, disciplinado, consciente, y reclamo fundamentalmente la participación del Pueblo en las grandes tareas de Chile! (Aplausos).

 

Finalmente quiero decirles que hace algunos largos minutos, cuando hablé de la ampliación de la representación social en el Gobierno y de la integración de los partidos, estaba señalando la necesidad de fortalecer la Unidad Popular. Yo he hablado de la posibilidad de que los partidos de la Unidad Popular den las batallas electorales en conjunto.

Esto ha traído una gran desazón en los sectores opositores. Esto ha traído una gran inquietud en la Democracia Cristiana, en el Partido Nacional y en eso que llaman los Radicales Democráticos.

Pues bien, ¿de qué se trata, compañeros? Se trata, no de crear un partido único, sino crear una Federación Democrática de la Unidad Popular, para llevar listas únicas de candidatos de representación popular.

Vean ustedes, con la votación obtenida en las elecciones Municipales, yendo juntos, la Unidad Popular sacaría 84 diputados y 29 Senadores. Y si fuéramos separados, sólo 71 diputados y 23 senadores. En el primer caso, tendríamos la mayoría en ambas ramas del Congreso, en el segundo caso, no tendríamos mayoría en ninguna de las ramas del Congreso. Es por eso que hay que fortalecer la unidad de los partidos populares, y más aún, ampliar esta unidad, para hacer, como he dicho al comienzo, la unidad del pueblo.

¿Qué batallas tenemos por delante? ¿Qué expectativas “Técnicas” tenemos para romper el empate social? En el camino que Chile ha elegido, tenemos como posibilidad un Plebiscito, que no es dable imaginarse que se puede hacer rápidamente, porque hay que cumplir determinados trámites legales. Tendremos el enfrentamiento, entonces, en el próximo año, y esta batalla debe darla la Unidad Popular a mi juicio integrada en lista única.

De allí entonces que yo plantee ante los partidos integrantes de la Unidad Popular su responsabilidad, y ante el pueblo lo hago, para que entienda que una batalla en la Unidad es una batalla de triunfo y de victoria para las fuerzas del Pueblo.

No es caer en un electoralismo, estar planteando con visión del mañana, lo que pueda ocurrir.

Es mi responsabilidad de compañero de ustedes, que tienen que abrir los caminos de la victoria para hacer posible un Congreso donde el pueblo tenga auténticos representantes, donde nosotros podamos transformar las leyes y la democracia burguesa en las leyes que el pueblo reclama y necesita. (Aplausos).

Lo he dicho y lo repito: dentro de la propia Constitución debemos dictar la nueva Constitución.

El camino de Chile que es revolucionario, implica el menor costo social, y por eso tenemos que utilizar todos los resortes y todas las armas que las leyes de la propia democracia burguesa nos otorgan, para ir fortaleciendo las posibilidades del triunfo popular.

Compañeros: en esta tarde, frente a ustedes, yo quiero señalar también nuestra preocupación.

En esta zona tenemos problemas derivados del trabajo. Yo he tomado como base algunos estudios de los parlamentarios, tanto del compañero Alberto Jerez como de los otros representantes populares, para hacer una Ley que permita otorgar al trabajador del carbón, condiciones excepcionales en su jubilación.

No se trata de hacer una jubilación prematura. Más que eso, se trata de estudiar la forma de que se trabaje en el carbón, en períodos continuos o alternativos de a lo sumo diez años en el sitio de la mina. Hay que hacer que la Empresa, que ahora es del Estado, prepare al trabajador para que pueda ganar su existencia en otros medios y en otras condiciones. Es por eso que se entregará en este período extraordinario, un Proyecto de Ley que abra siquiera una esperanza de luz en la negra y oscura noche de los trabajadores del carbón. (Aplausos).

 

He querido, también frente a ustedes, firmar dos Decretos: Un decreto destinado a crear la Comisión Nacional de Alimentación y Nutrición. Por el largo tiempo que ya he empleado, les diré solamente que esta Comisión tendrá por objeto racionalizar los productos que tenemos; coordinar el esfuerzo para producir los alimentos que Chile necesita; enseñar a la gente a comer, a valorizar lo que representan, desde el punto de vista nutritivo, determinados tipos de productos Queremos que haya una coordinación de todos los organismos que dicen relación con la alimentación.

Queremos que el pueblo coma, efectivamente, lo que debe comer; que coma en condiciones que representen para él una ventaja, una seguridad, un equilibrio biológico, una defensa de su salud. Hay regiones en Chile, donde por hábito, y no porque no haya otros productos, la gente no come cosas que son indispensables y necesarias.

Ya he hecho referencia a que un país como Chile, que tiene más de 4.000 kilómetros de costas, no sabe aprovechar la riqueza infinita que tiene en peces y mariscos.

Junto a este Decreto ojo, compañeros, con lo que voy a decir voy a firmar otro, destinado a combatir, no represivamente, el alcoholismo, y señalar los problemas que trae. (Aplausos).

En Chile esto lo dije como Candidato y le voy a poner remedio como Presidente, la enfermedad social más grave es el alcoholismo crónico. En Chile hay 300.000 alcohólicos y un millón de bebedores en exceso. De estos bebedores en exceso, debe haber muchos aquí. (Risas y Aplausos).

Quiero que el pueblo entienda que el nivel socio-económico y cultural tiene una clara, muy clara relación con el alcoholismo. Veamos por ejemplo: en la clase media baja, el índice de alcoholismo es de un 1,9%en la clase obrera organizada, son alcohólicos un 3,9%; en la clase obrera marginal, un 7,6%; y en la clase obrera rural, un 13,1%. Es decir, el alcoholismo tiene relación con las condiciones de vida, de existencia: con la cultura, con la mayor o menor posibilidad de recreación y descanso, con el deporte.

Siempre fue esto para nosotros una gran preocupación. Yo lo dije muchas veces en mi campaña electoral. Recuerdo que la primera vez que lo dije, que había que tomar menos, lo dije en San Miguel. Estaba Mario Palestro detrás de mí, me tiró la chaqueta y me dijo: “¡Pierde votos, no diga tonterías!” (Risas) Y yo le dije al pueblo que estaba ahí “Yo sé que al decir esto voy a perder seguramente unos veinte votos de hombres, pero voy a ganar 100 o 200 votos de mujeres”. (Risas y Aplausos).

Tengo que decir, como médico, que Chile es el país que tiene la más alta mortalidad en América Latina: entre las edades de 15 y 75 años, debido a una enfermedad que se origina fundamentalmente en la ingestión excesiva de alcohol. Es lo que llamamos Cirrosis Hepática.

E1 70% de las ausencias al trabajo, se atribuye al exceso de bebidas alcohólicas. Muchos accidentes, especialmente del tránsito, se deben también al beber en exceso. Además, esta es una enfermedad que trae repercusiones profundas en el aspecto moral, en el aspecto social, en el aspecto económico.

Y aún más, compañeros: trae, por desgracia, la posibilidad de marcar a los hijos con enfermedades que pesarán sobre ellos toda la vida. Por eso yo sé lo que es tomarse media botella de buen vino al día; yo sé lo bueno que es un buen trago de buen vino tinto; yo sé lo malo que es un trago de “cinco tiritones” (Risas); yo sé lo que el pueblo debe aprender, y sé cómo debemos ayudarlo. He querido decirles que una de las tareas del Gobierno será combatir el alcoholismo. Pero no por medios represivos, sino por medios educativos: elevando el nivel de vida del pueblo; mejorando sus condiciones de vivienda; dándole trabajo, enseñándole a comer; haciendo que haga deportes; logrando que cambie su vida.

Un hombre que tiene un tugurio por casa, que no tiene hijos, sino que alguna gente con la cual no puede convivir por lo exiguo de una pieza; un hombre desesperado, sin trabajo, sin expectativas, busca la posibilidad de evadirse de su drama en el alcohol. Y cuando esto sucede, nosotros colocamos esta lucha como una tarea ennoblecedora del Gobierno Popular, y reclamamos la cooperación del pueblo, su ayuda, combatiendo el alcoholismo defendemos a Chile; combatiendo el alcoholismo defendemos al pueblo; ¡combatiendo el alcoholismo defendemos a los trabajadores chilenos! (Aplausos).

Por eso compañeros, y para terminar: ¡es la tercera vez que digo que voy a terminar, me ha costado aterrizar esta tarde! (Risas)… para terminar, les digo que este año lo vamos a dedicar a la juventud y a la mujer.

 

A la juventud; queremos que el joven chileno entienda que él será el constructor definitivo de la Nueva Sociedad. Que se sienta llamado a unirse a la gran tarea nacional.

Que tenga trabajo. Que tenga educación y salud. Que haga deportes. Pero queremos también que la juventud forme parte de la gran obra del pueblo; no podemos hacer distingos entre generaciones. La gran tarea de la juventud, es la misma que tenemos los hombres maduros y los ancianos, cuando está de por medio el futuro de la Patria. El Gobierno Popular ha hecho bastante, pero no lo suficiente. Tenemos que hacer más y más por la juventud chilena, y por eso este año firmaremos un compromiso, no con la juventud de la Unidad Popular sino que con toda la juventud chilena, para abrirle grandes horizontes que con su propio esfuerzo y sacrificio ella misma va a consolidar.

A la mujer: de la misma manera, firmaremos este año un compromiso ante la historia y ante nuestra propia conciencia, con la mujer de Chile, no sólo con la mujer de la Unidad Popular.

Queremos para la mujer chilena, igualdad jurídica; igualdad de oportunidades; igualdad de derechos ante la Ley. Queremos igualdad para sus hijos. Que no haya persecuciones a la madre soltera. Que no haya hijos ilegítimos o hijos naturales, que todos los hijos tengan los mismos derechos. Queremos que se investigue la paternidad. Que se abra para la mujer el horizonte de la cultura y de la educación. Que haya miles y miles de guarderías infantiles, miles y miles de jardines para los niños de las mujeres del pueblo.

Queremos que la mujer que trabaja, sepa que para nosotros es justo que tenga una previsión por ser dueña de casa. Queremos aumentar el período de lactancia, porque no hay mejor alimento para el niño que la leche de su madre.

Queremos que la mujer chilena sienta, entienda y comprenda que aquí, en las tilas del pueblo, está su perspectiva y su futuro.

Queremos que, con la acción de la persuasión y del diálogo, la mujer sepa que en la barricada popular está clavada la bandera de su emancipación.

¡Este año, será el año de la juventud y el año de la mujer!

¡Venceremos, unidos venceremos, por la mujer y el hombre de Chile!