Pronunciado: El 10 de septiembre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de
febrero de 2016.
Periodista: Resulta que en 15 días el país ha estado marcado por la violencia. Numerosos hechos, en diversas ciudades del país, han configurado un panorama, que por decir menos, preocupa e inquieta a los chilenos. Es por eso que hemos creído interesante dedicar este programa a conversar libremente con el Presidente de la República.
Por otra parte todos los chilenos saben que el Dr. Allende es uno de los mandatarios en la historia de Chile que más habla con su pueblo, que más viaja, que más está en contacto con las masas.
Un periodista extranjero lo definió a usted, Dr. Allende, como el Presidente que había instalado su despacho de trabajo en la cabina de un avión, en el asiento trasero de su automóvil. Esto es para graficar su permanente movilidad por todo el territorio nacional. Sin embargo, no es frecuente que el Presidente converse con un grupo de periodistas.
Esta es la primera vez, desde que asumió el mando, que concede una entrevista a un grupo que integra un programa radial estable. Quisiéramos conversar con usted acerca de los más importantes y urgentes problemas que preocupan a los chilenos. El problema económico, por ejemplo. Yo creo que vamos a hablar de eso. Pero la noticia de estas últimas horas la constituye la situación creada por una empresa norteamericana que explotaba las minas de cobre.
Si usted prefiere comenzaremos hablando de este tema.
Presidente: Como usted quiera, pero antes quiero manifestar que yo me he reunido y me seguiré reuniendo frecuentemente en conferencias de prensa con periodistas nacionales y extranjeros.
Y efectivamente en un programa estable sólo he conversado con ustedes, ahora y antes, cuando era Presidente electo.
Aprovecho entonces los micrófonos prestigiados de Radio Portales, y este espacio La Gran Encuesta, para saludar a los oyentes de Radio Portales, para saludar a mis compatriotas y decirles que estoy llano a que dialoguemos sobre los tópicos que ustedes quieran. Usted me ha planteado el problema de la Kennecott, y yo creo que con mucha razón no puede haber un solo chileno que no esté inquieto e indignado por la resolución de esa empresa transnacional, que pretende se embargue la producción de cobre chileno, los embarques de nuestro cobre, para resarcirse, según ellos, del no pago de indemnizaciones.
Hay que destacar una vez más que lo que el Gobierno ha hecho es aplicar una reforma constitucional aprobada por unanimidad en el Congreso, donde el Gobierno es minoría, apreciable minoría. Además parece no sólo paradojal, sino que inconcebible, que una empresa que recurre a un tribunal, cuando le es adverso, desconoce la sentencia de ese tribunal.
Qué validez jurídica, qué actitud puede significar esto. Yo creo que Chile entero, no sólo los partidos políticos que aprobaron en el Congreso la iniciativa del Gobierno, sino que el país debe reaccionar con dignidad de país, con sentido nacional, con patriotismo (…) los contratos del cobre. Son verdaderos documentos entregados a los bancos, que se hacían cargo de la cobranza y por eso tenían un interés determinado.
Pero además anticipaban divisas, dólares, ¿por qué?, porque los corredores son en dólares.
Con la campaña que se ha hecho internamente en Chile, de las grandes fallas, de la deficiencia, que no vamos a poder cumplir, que se han reventado tres, cinco hornos reverberos, etc., se ha creado una atmósfera internacional. Entonces esos contratos llevados a los bancos, hoy día para los bancos no son documentos que tengan respaldo… no va a producir el cobre. Y este hecho es un simple papel. Es un daño extraordinario para Chile.
Periodista: Presidente, en esto que usted está diciendo uno puede advertir que es tal la dificultad fundamental, vale decir, en lo siguiente: que para nosotros, para el proceso chileno, la forma de imperialismo, ha sido sofisticada, mucho más en la sombra, que las que han vivido otros pueblos de otras experiencias, y que tal vez esa es quizás la dificultad mayor que hoy día se afronta respecto a una unidad interna. No sé cómo lo ve usted.
Presidente: Claro, usted tiene razón, Fernando Reyes, porque en este país nadie aceptaría una intervención directa, nadie aceptaría lo que ocurrió en Santo Domingo. Chile es un país que tiene un gran sentido nacional, y ha habido una reacción de todos -pienso yo- de todos, aun de los más recalcitrantes opositores al Gobierno. Pero entonces, esta manera de actuar, soterrada, encubierta, no la ve la gente. No la palpa la gente. Además qué sabe el campesino, qué saben muchos compañeros obreros, inclusive empleados, y aun profesionales, por ejemplo: como hemos pagado indemnizaciones por las compañías del cobre, piensan que nosotros hemos tomado las mismas sin hacernos cargo de ningún compromiso. No, las compañías tenían una deuda de 726 millones de dólares que tiene que servir al Gobierno chileno. Como no indemnizamos a las compañías, por aplicar la reforma constitucional, bueno, nos han seccionado los créditos a corto plazo en los bancos americanos, a pesar de haber renegociado con los bancos la deuda que tenía Chile con ellos, y en buenas condiciones, yo diría con comprensión de los bancos, pero no han repuesto las líneas de créditos. Chile tenía 230 millones de línea de créditos de los bancos norteamericanos. No tenemos un centavo.
Piense usted lo que significa entonces, el hecho de que además el precio del cobre ha bajado extraordinariamente. En el Gobierno del Sr. Frei, el año 70, el precio del cobre fue de 59 centavos la libra. El año 71 fue de 49 centavos la libra; o sea, 175 millones de dólares de menor ingreso.
Produjimos más cobre, a pesar de todo lo que han dicho, produjimos más cobre porque entró a caminar la Exótica y la Andina. Este año vamos a producir más cobre porque va a aumentar la producción realmente. Ya en marcha la Exótica y la Andina vamos a producir más que el año 71. Sin embargo, vamos a tener menos ingresos, porque el precio del cobre ni siquiera va a llegar a 49 centavos, va a ser 48.
Periodista: Presidente, yo sobre este punto quisiera hacerle una pregunta. En verdad que este asunto de la Kennecott, además de serio, es grave, y usted dice que el país va a tener que respaldar a su Gobierno, cosa que me parece absolutamente lógica, porque a partir de la aprobación unánime de la reforma constitucional se ve que en el país hay consenso, hay un criterio unánime, respecto a la conveniencia en esta materia del cobre; pero ¿cuáles van a ser las reacciones, las actitudes del Gobierno para defenderse de esta embestida de la Kennecott?
Porque en la medida que la gente pueda ver, no sólo el problema sino la manera de defender el país, su resolución entonces puede hacer más claro el apoyo.
Presidente: En primer lugar formar conciencia. Insistir sobre esta materia y decir, que lo que yo he llamado “el sueldo de Chile”, el cobre, cada vez disminuye más, pero no como dicen los opositores, por la menor producción, sino por un menor precio, por la amenaza de los embargos. Esto sí que es importante; que el país lo sepa positivamente, porque además tenemos ahí, en puerta, otros conflictos derivados también de la aprobación por el Congreso de un proyecto de iniciativa del Ejecutivo. Ustedes saben, compañeros de La Gran Encuesta, y no lo olvide Raúl Tadur, que lo noto interesado en lo que estoy planteando, no olviden que hemos enviado un proyecto para nacionalizar la ITT. Ha sido aprobado por unanimidad en la Cámara, ¡por unanimidad!
Pasa en segundo trámite al Senado. Vamos a tener, indiscutiblemente, problemas, dificultades, porque ellos pretenderán que se le pague indemnización a esa empresa que estuvo a punto de llevarnos a una guerra civil, que intervino, que gastó dinero, que movilizó influencias, que prácticamente definió en forma despectiva a los sectores chilenos, desde las Fuerzas Armadas hasta los políticos; que tuvo influencias en el asesinato del general René Schneider.
Bueno, viene la nacionalización de la ITT, puesto que la ITT tiene un fuerte seguro que la respalda, por lo cual es responsable el Estado americano.
Dicen que para pagarle a la ITT este seguro, al ser nacionalizada, tiene que poner impuesto al contribuyente americano. Entonces se crean una serie de problemas que la gente no los percibe, o sea, no se da cuenta, como decía Fernando Reyes Matta: esta es una forma mucho más encubierta pero, caramba, extraordinariamente dañina, porque eso sólo cabe crear conciencia entre la gente, y además (perdón, un momento compañero Cáceres, para contestarle a Juan Gana), digo que nosotros tenemos, desde el punto de vista jurídico, que hacer los estudios más profundos y serios. Apelar a la conciencia internacional, además si se nos cierran algunos mercados, por ejemplo la producción de El Teniente, cerca de 70.000 toneladas que tienen una característica especial de cobre que se produce, estaba destinado fundamentalmente a Inglaterra. No creemos que Inglaterra deje de reclamar el cumplimiento del contrato, que es a largo plazo. Pero nosotros tenemos también la posibilidad de colocar ese cobre en otras partes, donde no va a poder ir a embargarlo.
Pero nos interesa mucho que haya una gran expresión de protesta nacional, y que además internacionalmente se vea cómo actúan estas compañías. Por lo demás quedó muy claramente establecido en la reunión de la III UNCTAD, y además inclusive el Secretario General de las Naciones Unidas, sobre todo el Subsecretario ha condenado la reunión habida en Ginebra.
Nuestro delegado, Hernán Santa Cruz, sacó un acuerdo que no me imaginé jamás que iba a ser aprobado, unánime, fíjense ustedes, unánime. O sea, hay una condenación mundial, y esto es favorable a la posición de Chile.
Periodista: En todo esto que hemos conversado ha estado latente un tema que nosotros hemos denominado la Unidad del Pueblo. Yo quisiera conversar un poco sobre eso, tal vez sea Hernán Rodríguez…
Periodista: Presidente, yo quisiera hacerle una pregunta sobre eso, porque he estado conversando hace algunos días, con un periodista norteamericano que es corresponsal del Washington Post en América del Sur, y lleva como dos años instalado en Buenos Aires y viaja mucho a Chile. Está muy interesado por el caso chileno y le llamó profundamente la atención la marcha del lunes pasado. Le llamó la atención que un Gobierno después de dos años obtenga un respaldo tan grande, sobre todo de la clase trabajadora, y me decía: “esa gente es la que produce, la que desfiló allí”.
Después también le llamó profundamente la atención el resultado de la elección de Coquimbo, donde una obrera de la Unidad Popular, Amanda Altamirano, logró derrotar a toda la fuerza de la oposición unida, cosa que nunca se había visto, hacía años por lo menos que no se veía en Chile.
Indudablemente que esto demuestra un gran respaldo popular. Ahora más, él también me comentaba lo de la CUT, cómo estaba trabajando la CUT, y como no entendía mucho el proceso chileno en este aspecto me preguntaba a qué se debía que en la CUT, incluso los democratacristianos estuvieran trabajando junto con los socialistas, los comunistas y demás partidos de la Unidad Popular. Y después -perdone que me alargue en esto- pero resulta que después me comentaba por ejemplo que en las salitreras, en la Oficina Pedro de Valdivia, los trabajos voluntarios, el Presidente de los trabajos voluntarios, elegido por los votos de la Unidad Popular es un democratacristiano. Pero todo eso, indudablemente, me decía este periodista norteamericano, es incluso difícil de explicar para el resto de sus lectores del Washington Post.
Presidente: Lo interesante sería que los periodistas americanos trataran de explicarlo. El problema es que no tienen mucho interés en decirlo, en explicarlo. Por lo menos, por lo que yo veo en los recortes de prensa que llegan de los diarios americanos. También hay periodistas que tienen un sentido ético y que dicen lo que ven por lo menos. En este caso el periodista tiene la razón en sorprenderse. Yo le he dicho, es posible que alguna gente no lo crea, pero la verdad es así, y usted mismo acaba de decir algo que yo quiero reforzar.
Es la primera vez durante este Gobierno, y creo que habrá habido dos veces, o tres a lo sumo, en los últimos 30 años, en que oposición y Gobierno se han enfrentado y ha ganado la oposición al Gobierno. Recuerdo el caso de las elecciones complementarias en el Gobierno de Pedro Aguirre Cerda.
No las elecciones presidenciales, hablo de las elecciones complementarias parlamentarias.
Así que esta victoria en Coquimbo es muy significativa. Sacamos el 53% de los votos, además yo le he dicho a Chile, este es el Gobierno que tiene más apoyo. Ningún Gobierno después de 20 meses de actuar, ha tenido como el Gobierno que presido un apoyo expresado en las urnas frente a la oposición unificada. Sin tomar en cuenta las elecciones municipales donde ganamos nosotros, la fuerza de Gobierno sacó 50 puntos y tanto. Sin tomar en cuenta esa votación. Eso sí, considerando las elecciones complementarias que ha perdido el Gobierno y la de Coquimbo que ganó. El promedio es de 47 puntos 8. En cambio la Democracia Cristiana a los 20 meses de Gobierno en la elección sacó el 43% de los votos.
En segunda están las fuerzas sociales de los trabajadores a pesar de haber vivido, a pesar de todo lo que se dijo, sacamos más del 70% de los votos en la CUT. Y que se haya movilizado de Arica a Magallanes, en las capitales de provincia y en algunos departamentos así como yo creo se lo digo, esa es mi creencia, más de un millón y medio de chilenos, según las informaciones que tengo, y ustedes lo deben haber oído, en los actos realizados en Valparaíso, en Antofagasta, en Concepción, en Los Ángeles, en Puerto Montt, está allí vivo el drama de los tres campesinos asesinados, como estaba en Los Ángeles, como estaba en Valparaíso el muchacho muerto, el muchacho de la Juventud Comunista.
El hecho es que nunca, nunca, se movilizó una masa así, casi el 10% de la población.
Enseguida no sólo la gente en la calle, sino que además la paralización de las grandes industrias, el cobre, carbón, salitre, simbólicamente ferrocarriles, hospitales, escuelas, comercio, estaban señalando la gran fuerza social que tiene el pueblo, pero lo que es más importante es meditar lo que yo señalé en una frase.
Aquí en Santiago nadie se ha atrevido a discutir las cifras que se dio por no alarmar a los periodistas extranjeros: fueron 600 o 700 mil personas. Pero, ¿cuándo se moviliza esa gente?, se moviliza en el momento en que las alzas golpean más fuertemente en sus hogares. Se movilizan en un momento en que el costo de la vida ha alcanzado niveles de crecimiento, que nosotros mismos no nos imaginábamos y sin que se estuviera despachado el reajuste.
Por eso, a mí me emocionó extraordinariamente, me golpeó, tuve conciencia de lo que es el pueblo y la plena convicción cuando la gente tiene fe, tiene confianza; los trabajadores saben que este es su Gobierno. Entonces, los yerros, los errores, los comprenden. Y por último los admiten, y por último están dispuestos a sufrir. Por eso un obrero llevaba un letrero, un cartón escrito por él que decía: “prefiero comer un pan de pie que una gallina arrodillado”.
Yo creo que eso simboliza una dignidad, que antes no vimos. Y esta es la fuerza del pueblo, la conciencia en que él es el factor de la historia, y este es su Gobierno y por lo tanto sus errores, son sus errores, los errores de los trabajadores, porque este es el Gobierno de los trabajadores.
Periodista: ¿Qué importancia le atribuye usted, dentro de este tema a la declaración conjunta de comunistas y socialistas? Le pregunto, porque se ha venido hablando, y con bastante frecuencia de la división que hay dentro de la Unidad Popular.
Presidente: Yo no diría división, Leonardo Cáceres; yo diría falta de pensamiento homogéneo, central; falta de una concepción táctica igual, ya que es de suponer, hay una estrategia común para llegar al socialismo. Lo he dicho públicamente, por lo demás.
Yo mandé una carta a los partidos de la Unidad Popular y me contestan independientemente.
¿Quiénes? El MAPU, la Izquierda Cristiana, el API, los comunistas.
Pero todavía no me contestan los radicales, ni mi propio partido.
Ahora, la contestación de los cuatro partidos, cuyos documentos he recibido, no es significativa de un pensamiento homogéneo, han habido discrepancias; en todo el mundo las hay y aquí las he criticado duramente.
Lo ocurrido en Concepción tiempo atrás, cuando participaron con el MIR todos los partidos de la Unidad Popular, menos los comunistas.
Después la llamada Asamblea Popular, como he condenado en la forma más dura lo ocurrido el miércoles de la semana pasada, que significó la muerte de un Carabinero y dos heridos. El cabo Aroca murió y he criticado y he dicho que es inconcebible que alguien pueda pensar que un partido de Gobierno pueda deliberadamente haber provocado, a través de un militante, la muerte de un Carabinero, en circunstancias que el orden público, el orden que el Gobierno necesita, lo mantiene el cuerpo de Carabineros; fue de hecho un provocador o un degenerado, que puede haber estado infiltrado en las filas de los partidos populares. Pero hay un hecho real, claro suceden esas cosas.
Entonces, el pueblo tiene que entender que debe tener sumo cuidado y evitar las provocaciones.
Yo he tenido que utilizar toda mi influencia para atajar a grupos fuertes de obreros, es el grupo por ejemplo, del Cordón de Cerrillos; podrían venir 15.000 trabajadores al centro de Santiago, para barrer con los 300, 600 -digamos- fascistas insolentes, provocadores; yo les he dicho: no.
No, eso es lo que quieren, un enfrentamiento, eso es lo que desean.
El Gobierno tiene la fuerza del orden público que le permite garantizar el orden. Fuera de eso está la Zona de Emergencia si la cosa se agrava, el Estado de Sitio, etc. Diga no más…
Periodista: En torno a esto que usted está recién señalando, uno advierte la importancia de una frase que dijo en el Estadio Chile, exactamente fue ésta: “Derrumbar este Gobierno es hacer estallar este país; pretenden derrumbarlo porque no lo van a derrumbar es destruir este país”, detrás de esa afirmación, en consecuencia, uno advierte que el Presidente Allende gobernando este país es la mayor garantía de paz para hoy en Chile. ¿Es así? y ¿por qué?
Presidente: Yo pienso que es así, porque en esencia subsiste la democracia amplísima que todos vivimos; aquí no sólo hay elecciones complementarias, municipales, hay elecciones todos los días, además los derechos ciudadanos no sólo han sido preservados, sino que han sido ampliados por nosotros: la libertad. ¿Usted cree, por ejemplo, en otros países un Presidente se somete a esta conversación? Ustedes preguntan lo que quieren, lo que se les ocurre.
Yo creo que la libertad de información aquí es la más amplia que pueda haber, la libertad de prensa en algunos momentos tiene caracteres de libertinaje, no una libertad.
Yo he visto opiniones de dichas relaciones, de otros países que lo han dicho admirados; me han dado inclusive la opinión de: “Sr. Presidente, cómo puede llegarse a ese extremo la libertad en Chile, cuando se traspasa la ética, cuando todos los días se desinforma, cuando se niegan hechos evidentes y claros”.
Por ejemplo algunos diarios, decían que todo el mundo quedó impactado por la marcha en Santiago, ¿verdad?, ese discurso que usted comenta, imagínese pues, Fernando Reyes, en él, usted ha leído una frase: yo he visto tergiversado lo que plantee en las mayorías de las publicaciones de los diarios de oposición. Nadie, por ejemplo, nadie, comenta que yo acogí con fervor, con respeto, con afecto, las palabras del Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Y dije con qué tranquilidad de conciencia que yo acogí a ese llamado, porque díganme ustedes no ha habido ni una dificultad, una molestia, un incidente entre el Gobierno y las distintas iglesias. Hablo de la Iglesia Católica, Ortodoxa, Sabatina, Protestante, Evangélica.
Ahí están los Congresos Ecuménicos. ¿Dónde, en qué país se han realizado como se realizan aquí?
He planteado yo, he hecho la denuncia, he demostrado cómo, por ejemplo, se movilizan 700 mil personas en Santiago y no se quiebra un vidrio, no se abolla un auto, no se hiere a una persona. En cambio 600 o 700 personas, por desgracia algunos muchachos estudiantes, a quienes colocan adelante todavía y los dirigen desde atrás; y un grupo de maleantes quemando fardos de papel, rompiendo vidrios, las vitrinas de los comerciantes; inclusive disparando con hondas en fin… Acciones netamente que podríamos llamar de desplazamiento fascista, casi de un aspecto subalterno, pero eficaz en esta especie de enfrentamiento urbano; cosa que nunca ocurría en Chile; ahí está el toque de las cacerolas.
Todos hemos visto en los titulares de los diarios, en primera página: “acumulen rabia”, y yo decía en algunos discursos, ¿y si el pueblo acumulara rabia? ¿Y si esa rabia se desbordara algún día? ¿Alguien podría moralmente criticar al pueblo cuando son ellos los que le han estado diciendo a los chilenos que acumulen rabia? Nosotros hemos estado diciéndole al pueblo “no, no queremos, no deseamos el camino a la violencia, lo rechazamos”.
Cuando yo oigo hablar a cierta gente de la guerra civil, por ejemplo -no diré que se me pone carne de gallina, en lo personal-, pero sí me inquieta profundamente. Este país tiene tal madurez, los obreros tienen tal fuerza, manejan un porcentaje tan alto en la economía, tienen influencia política, no sólo en los sindicatos industriales, sino que agrícolas. ¡Imagínese si se desbordara aquí la pasión! ¿Qué pasaría con nuestra economía? Fuera de lo que no queremos hablar, lo que significaría un verdadero genocidio, entonces, compañero, yo le digo, he recogido las palabras del cardenal, he mirado con mucha complacencia lo que plantean algunos hombres de la Democracia Cristiana, la declaración de Tomic, lo que he oído respecto a Leighton, inclusive el planteamiento del Presidente del Senado. Yo creo que el 90% de los chilenos no quieren un enfrentamiento. Yo sé perfectamente bien que en los sectores de izquierda tenemos termocéfalos pero… ¡caramba! Nadie puede negar que el Gobierno ha sido duro con ellos. En Curimón: detenidos, justicia militar, eso que llaman Ejército de Liberación Nacional -además es un mito- también: en la cárcel; lamentablemente lo de Las Ventanas: en la cárcel.
Acaba de ocurrir una cosa absurda en la Posta Central: en la cárcel. No hemos tapado ni taparemos jamás a un hombre de izquierda, porque si es hombre de izquierda, y si es militante del Partido Socialista, es doblemente delincuente. Porque este es el partido del Gobierno y yo soy militante de ese partido, soy fundador del partido; porque nos hemos comprometido a usar una táctica ante la conciencia nuestra y ante el país.
Periodista: Lo que usted está diciendo es altamente positivo. Porque si vamos a decir las cosas derechamente, hay muchas personas que se inquietan a veces por cierto tipo de acciones que no aparecen suficientemente aclaradas, entonces se dice, se piensa, se habla, y hay problemas que rebotan indirectamente aquí en el Gobierno.
Entonces, para decirlo con franqueza, hay gente que piensa que a usted le falta un poco de autoridad, Presidente, entonces yo he dicho -y se lo voy a repetir aquí mismo- que usted es un poco el director de la orquesta y que a veces la orquesta desafina porque algunos músicos no ponen atención a la batuta, o porque tocan por su cuenta, como solistas; entonces yo considero que esto que ha dicho usted es realmente positivo, porque es una respuesta a la gente que tiene incertidumbre, dudas. Este concepto suyo me parece bueno.
Presidente: No sólo lo he dicho, sino que yo le pregunto a usted: ¿Cuándo este Gobierno ha amparado o ha dejado en la sombra un hecho de esta naturaleza? Hemos entregado a la justicia a los culpables, a la mayoría de ellos por violar la Ley de Seguridad Interior del Estado.
Bueno, hasta ahí llegamos.
Yo sé, por ejemplo, que alguna gente me criticó cuando yo fui al Campamento Lo Hermida.
Bueno, si lo he dicho ante el país; tengo un concepto distinto de cómo ejercer la autoridad; yo creo que no he rebajado la autoridad, yo creo que es mi obligación, primero por convicción, segundo porque yo soy un hombre elegido por el pueblo, por los trabajadores, por los pobladores.
Si había muerto un poblador en un hecho que yo estimo desgraciado y que no debió producirse jamás, mi obligación era ir a enfrentar allá las cosas. Dicen: “pero el Presidente pierde autoridad porque allí se leyó un documento en que se faltaba al respeto”. A mí no me han faltado el respeto.
Además fui allá y les dije: “en la mañana de hoy me han entregado un documento en el que me exigen que públicamente y por escrito acepté estos puntos y en caso contrario que no viniera al campamento. Yo no les he aceptado los puntos y estoy aquí, y estoy aquí solo, con el Edecán de Servicio y además con el Director de Investigaciones subrogante”, con lo cual yo estaba defendiendo el Servicio y demostrando que yo respeto a los servicios.
Como estaba cuestionado el Servicio de Investigaciones fui nada más que con dos personas, pero una de ellas era el Director de Investigaciones subrogante, y puedo decirles a ustedes que yo les dije cosas muy claras a los pobladores. Expresé con un lenguaje justo, para que ellos me entendieran, que yo era el principal responsable; porque en un país el Presidente de la República es el responsable de la marcha administrativa y económica de la nación, y que yo por cierto, iba a tomar las medidas diciendo que no soy un hombre que pueda colocar en la cárcel a nadie ni sacar de la cárcel a nadie; aquí hay poderes del Estado, aquí hay normas que respetar, aquí no se puede juzgar a una institución si es justa o injusta su acción por la actitud de una o dos personas. Eso se lo he dicho a los pobladores, como lo he dicho que no me pueden exigir más de lo que yo pueda hacer.
Este es mi concepto de autoridad, lo que el Gobierno va a hacer.
Periodista: Respeto a lo que han dicho los pobladores de Lo Hermida, que nunca iban a ir más a una concentración llamada por el Gobierno, y sin embargo fueron todos, llevaron carteles, asistieron organizadamente.
Presidente: He sido invitado nuevamente a Lo Hermida. Voy a ir a conversar con ellos. Allá me interrumpió un hombre que no es poblador, Moore, es el mismo que se ha tomado ahora la Universidad; como nosotros respetamos la autonomía de la Universidad no podemos hacer nada. Pero eso, es, respecto a mi juicio, bueno… por respeto al público y a ustedes no voy a decir nada. Pero no es la actitud de un dirigente político formal, la del Sr. Moore; la tuvo ya con exhibicionismos y los propios pobladores le dieron una muy buena lección. Y ahora el Vicerrector de la sede de Osorno, según se dice, encabeza la toma del local central de la Universidad.
Bueno, nosotros respetamos la autonomía universitaria. Yo espero que las organizaciones estudiantiles reaccionen y señalen la actitud de este grupo que yo pienso está efectuando una provocación, porque no va a solucionar ningún problema, no va a trazar ningún camino reivindicativo, justo, no va a encontrar el apoyo -este señor fue candidato a secretario general de la Universidad y sacó un número increíblemente ínfimo, subínfimo de votos y sin embargo se permite estas cosas-. Bueno, también, como decía Juan Gana que es falta de autoridad, no, si estas cosas ocurrieron; la gente tiene mala memoria, acuérdese cuando fue Caldera el Presidente de Venezuela, y estaba Bernardo Leighton de Ministro del Interior, se produjo un hecho bochornoso que yo lamenté profundamente. Acuérdese también de las tomas de distintos planteles universitarios de los gobiernos de Alessandri y Frei, como tomas de sitios, etc. A propósito de esto, acuérdese de las huelgas. ¿Cuánto duraron las huelgas de maestros?
Duraron tres meses y tanto. Las huelgas del cobre, de la salud, del carbón; todas esas cosas ya se han borrado de la memoria de mucha gente, porque intencionalmente quieren borrarlas. Y magnifican algunos hechos que no debían ocurrir, sobre todo de parte de la izquierda. En eso sí yo he sido muy duro, precisamente con los militantes de la Unidad Popular y más duro con los militantes de mi partido.
Pero nunca hemos tapado a nadie, y no taparemos jamás. Mucho menos que haya gente que está jugando con polvorita, no, jamás.
Periodista: Usted recién habló de provocación; creo que en este momento en Santiago se está viviendo un ambiente de provocación, sobre todo en sectores populares, porque grupos organizados de ultraderecha se están entregando a algunas tomas, están hostigando a los pobladores, concretamente en Las Condes, en La Granja, por Maipú, y se han ido creando algunas situaciones bastante conflictivas.
Ahora, usted habló también del estado de emergencia…
Presidente: Son hechos aislados. ¿De dónde salieron los 700 mil manifestantes?
De las poblaciones, ahí está la fuerza nuestra.
Son hechos aislados. ¿Por qué? Porque ellos son mercenarios, y ahí está la declaración de un muchacho que dice que le pagaron como se dice 10 lucas, por venir a provocar incidentes aquí en el centro, la madre lo reafirmó.
Periodista: Yo le hablo, Presidente, de unos grupos organizados de ultraderecha, que no son populares, que instalan sus automóviles frente a los campamentos, que los amenazan, que los hostilizan, que les encienden las luces en las noches, que los amenazan de que van a incendiar las casas, que balean a los pobladores.
Presidente: Eso sí, claro, esa es la imagen más clara del fascismo, esos son los hechos absolutamente ajenos a lo normal de nuestro país. Esto es una cosa “craneada”, organizada, yo diría que hay consejeros con mucha experiencia internacional en este tipo de hechos. Y el que lee los documentos de la ITT encuentra, estimados compañeros de La Gran Encuesta, encuentra que ahí está diseñado todo el plan de provocación, no lo estudian o no lo leen, o no quieren recordarlo.
Pero aquí hay hechos evidentes que demuestran corrupción, aquí hay mentalidad extranjera; la idiosincrasia, la aptitud del chileno, su modo de ser es muy ajeno a lo que ha ocurrido.
¿Cuándo, por ejemplo, estuvieron rodeadas las casas de los ministros? ¿En qué gobierno? Ni siquiera en el gobierno de González Videla, cuando hubo el campo de concentración de Pisagua, la gente opositora reaccionó de esa manera. ¿Cuándo pasó en el caso de Alessandri, cuándo hubo muertos en la población de José María Caro? ¿Cuándo sucedió en el gobierno del señor Frei, a pesar de lo ocurrido en Pampa Irigoyen? ¿Cuándo se tuvo sitiada a una madre con tres hijos como en el caso de la esposa y los hijos del ministro Matus?
Enseguida los dirigentes políticos de izquierda, enseguida la propia gente de izquierda, empleados, profesionales, que viven en el sector de Providencia, en el sector de Las Condes, son atacados también. ¿Cuándo había presenciado el país un hecho más deleznable que el atentado contra Mireya Baltra, básicamente por ser mujer, además de ser Ministro de Estado?
Le hicieron casi pedazos el auto; yo no les voy a hablar de las cosas familiares porque yo sí, yo también tengo hijas; la menor de mis hijas vive en la que ha sido siempre mi casa y a la que voy a volver cuando deje Tomás Moro -que no es casa particular, sino que es la casa del Presidente de Chile-, en Guardia Vieja.
Noche tras noche, oyendo tocar las cacerolas en la calle; los vecinos no lo hacen, porque nos conocen demasiado; estamos viviendo allí desde hace 20 años; mucha gente no comparte nuestras ideas pero yo nunca vi un afiche, a dos y media cuadras de Guardia Vieja, nunca vi un afiche de ninguno de los candidatos opositores o de mi candidatura ni en las campañas de Alessandri ni en las campañas de Frei ni en la otra campaña de Alessandri.
Yo sabía que en esas dos cuadras y media que hay desde Providencia hasta mi casa, el 80, el 90, el 95 por ciento de la gente no estaba conmigo, pero, ¿por qué no ponían los afiches?, por respeto al vecino, al padre de la familia, que hacía una vida normal, tanto con su mujer como con sus hijos. Y gente que caminaba por el barrio como cualquier persona y que nunca tampoco fue a molestar ni a provocar a los vecinos. Ahora, dos, tres, cinco noches seguidas, no sólo con cacerolas sino que disparando al aire y lanzando toda clase de denuestos. Entonces, son cosas ajenas; contrastan la movilización de miles y miles de gentes nuestras sin que haya habido un vidrio roto; ¡ah!, ahí está el fascismo, ahí está pues, y esto tiene que ser una advertencia, esa gente que es capaz de tener como argumento la cachiporra, el fierro, la honda, el revólver, la violencia: en resumen, esa gente no se detiene ante nada, y el fascismo es la negación de la vida, de la libertad y la democracia.
Periodista: Presidente, puedo invitarlo a que miremos el otro lado de la medalla.
Presidente: Pero diga no más, si esto es una conversación.
Periodista: Gracias, Presidente. Usted destaca y con razón, plenamente con razón el apoyo popular que se ha manifestado en la última concentración en términos concretos. Yo le quisiera decir una cosa, si se quiere modesta o si se quiere doméstica. A la radio llegan muchas cartas de todo el país, de Futaleufú, de Lonquimay, de Marchigüe, de todas partes, y le voy a decir: la mayoría de los cientos de cartas traen recado para el Compañero Presidente, y son recados que yo le voy a decir aquí, que son recados de la vida doméstica.
Presidente, de pesar, de angustia, de orden económico, no son críticas, y dicen: “dígale por favor al Compañero Presidente…”
Entonces, yo le digo a usted. Usted no puede estar en todas partes, pero alguien tiene que poner en la horma a los abusadores, por ejemplo, el kilo de cebollas tiene un precio oficial de E° 4 y tanto, y en los mercados se vende a 15, a 20 escudos el kilo; entonces esa gente que lo apoya a usted honestamente, con fidelidad, paralelamente está viendo este tipo de problemas y debe ser bastante difícil, Presidente.
Presidente: Usted tiene, Juan Gana, toda la razón. Pero hay que ir a la raíz del problema, y esos compañeros que escriben, compañeras modestas, humildes, que maravillosamente todavía dicen “dígale al compañero Allende que los precios han subido, que aquí hay especulación”, ellas no pueden encontrar una explicación. Pero usted y yo se la podemos dar. Yo le puedo traer a usted altos de declaraciones de ministros de todos los gobiernos en que hablan de la veda de la carne; además ustedes la vivieron, la vivieron con Frei, la vivieron con Alessandri, la vivieron con Ibáñez, ¿verdad? Inclusive, nosotros vamos a superar algunos de los meses más altos de la inflación durante el gobierno de Ibáñez, pero vamos al otro reverso: los reajustes.
Nosotros acabamos de lanzar un proyecto de reajuste; todavía no sale del Senado y acabamos de enviar otro, porque nos hemos dado cuenta que nos quedamos cortos, que la movilización tenemos que alzarla, entonces nos hemos anticipado al reclamo justo de la gente, y hemos defendido fundamentalmente, ¿a quiénes?, a los que viven de un sueldo o de un salario. Pero ¿qué es lo que ha pasado en este país? Que este país no estaba preparado para el consumo de los que tienen que consumir. En primer lugar había un 25% de capacidad ociosa en las industrias, lo echamos a andar; sin embargo, el poder de compra interno es más grande. Y además, usted lo sabe, el contrabando organizado. Este país es uno de los países más baratos del mundo en alimentos: Frei, Alessandri, González Videla, todos los Presidentes compraban 160, 180, 200 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite.
¿Cuántos serán los hogares chilenos que comieron mantequilla o que comen mantequilla?
Bueno, entonces, ¿qué es lo que ha pasado? Nosotros hicimos una redistribución del ingreso, o sea, le dimos poder de compra a miles de chilenos que no tenían. Nos hemos encontrado con una producción, en el caso del industrial que a pesar de estar en marcha y ha de hacer producir a plenitud a las empresas, no satisface la demanda. Hay mayor demanda que oferta.
Además está el contrabando que no es despreciable. Y en el caso de los alimentos, aun importando lo que les digo a ustedes, que se importaba el 42%, el chileno se alimentaba mal.
Si nosotros hemos dado trabajo a 220 mil chilenos, significa que 600 o 700 mil personas que no tenían nada para comprar, ni con qué comprar nada, hoy día han podido comprar.
Y, entonces, lógicamente nosotros tenemos que importar más alimentos y lo hemos dicho, pero nos encontramos con que los precios de los insumos, los alimentos, los repuestos en el mercado internacional han subido extraordinariamente, ¿por qué?, por la devaluación del dólar. Por ejemplo, mucha gente -y lo he dicho-, mucha gente dice: ¡ah! ¡Imagínese, capaz que el señor Allende (con cierto tono despectivo) nos lleva a un racionamiento! Y yo digo honestamente, por ejemplo, si se pudiera o hubiera aquí la manera de racionar algunos artículos, como la carne, lo haría.
¿No es mucho más justo que si usted, Juan Gana, o usted, Hernán Reyes, que son padres de familia y tienen tres personas en su casa, cuatro, reciban lo que necesitan de consumo a la semana, para esas cuatro personas?
En cambio familias de dos, o a veces de 5 personas, compran, no para 2 ni para 5, sino para 15 o 20 y para varios meses, ¿por qué en la guerra se toman esas medidas? ¿por qué? Porque está el peligro ahí, ¿no es cierto?, porque se siente el retumbar de los cañones. Pero, ¿acaso no estamos en guerra contra el hambre, la desocupación que sienten algunos en este país? Sin embargo, todavía no vivimos una revolución, una conciencia revolucionaria. Yo lo he dicho, no podemos de la noche a la mañana suprimir la compra de carne de vacuno, porque no tenemos los pescados suficientes, porque todavía no hemos podido desarrollar una gran política avícola o de producción porcina.
Los temporales, por ejemplo, nos echaron abajo la mayoría de las posibilidades de aumentar extraordinariamente la producción avícola.
Nos encontramos con que faltan elementos, nos falta techo para muchas aves -digámoslo así simplemente-, gallineros, criaderos de aves, nos faltan techos. ¿Por qué? Porque no producimos las fonolitas suficientes u otros elementos que se usan para los techos, porque no producimos suficiente cemento para construir. Chile debería duplicar su producción de cemento, estamos levantando una fábrica de cemento, una fábrica de cemento bueno, el crédito, la factibilidad, el agua, el sitio donde se va a instalar, las máquinas, dónde se van a comprar; son dos años para que esto sea una realidad. Vamos a empezar a producir cemento en Antofagasta, pero a fines del próximo año.
Entonces, todo esto tiene razón y tienen que producirse cemento. Dijo John Kennedy, “en este país se acuestan con hambre dos millones de personas”.
¿Dónde lo dijo?, en el país más poderoso del capitalismo. ¿Qué dijo el Ministro de Agricultura de EE.UU., hace tres años? Dijo que la década del 70 iba a ser la década del super-hambre de la América Latina. Estas son cosas que se han dicho, se han repetido, pero claro, ahora se aumentan, se agigantan, se magnifican. Esa no es culpa de nosotros ¿verdad?, ¿cómo es posible, cómo es posible, que en 35 años no se haya fomentado la ganadería?
No es culpa nuestra, una masa ganadera no se puede crear en un año y en dos y así le podría decir, entonces, todo este país en cualquiera de los aspectos.
Por ejemplo: los puertos, Coquimbo, dos barcos y pare de contar, fuera de las malas costumbres de algunos gremios que yo he censurado extraordinariamente y sobre todo en las faenas marítimas y portuarias.
En Valparaíso pueden descargarse, así, simultáneamente, 9 u 11 barcos.
Hay barcos que están a la guardia; aquí en Chile, dando vuelta durante dos o tres días y el costo de sus barcos son mil o 1.500 dólares diarios.
Los transportes -no digo transporte colectivo- fíjese usted el 50% de los carros de ferrocarriles hay que repararlos.
Hay planchas de acero en Huachipato para reparar, pero no hay carros, ¿cómo ir a buscarlos?, entonces es un círculo vicioso, ¿qué es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la remolacha, para las plantas de IANSA, con los conflictos, por ejemplo, con los camioneros?
Entonces, este es un problema; la gente no ve que es un país para una vida restringida y en beneficio y goce de muy pocos. Y de la noche a la mañana usted le da a la gente conciencia de sus derechos. Entonces, la gente reclama salud, y no podemos darle salud porque faltan médicos, faltan matronas, faltan enfermeras.
Les voy a decir una cosa a ustedes, compañeros, que seguramente no saben: el Laboratorio de Chile, para satisfacer las demandas del formulario nacional, ¿saben cuánto aumentó su producción?; ¡en 596%! Bueno, muchas más personas que demandan derechos a la salud, y todavía, en algunas maternidades -como lo he dicho- en Valparaíso, están dos o tres personas en una cama.
No se puede, imposible, verdad, es imposible, verdad, es imposible solucionar estos problemas de los países en vías de desarrollo.
Si acaso no hay un gran esfuerzo nacional, una gran conciencia, las masas se movilizan y nos apoyan a nosotros; pero en cambio, no hay la misma comprensión -inclusive en sectores de trabajadores- cuando se refiere al costo de la vida.
Ha aumentado en un 40%, en un 80%, ¿qué sacan con tener más billetes si la producción ha aumentado presiones inflacionarias? Ahí usted tiene el caso de las Cajas de Empleados Particulares, de Servicio Social; en consecuencia, un error cometido por el vicepresidente de la Caja de Carabineros, reclamando un pago que está discutido por la Contraloría; que da un informe contrario la Superintendencia de Previsión Social; ahora si usted paga lo que la gente quiere, algunos funcionarios, va a recibir 150 millones de pesos, 120 millones de pesos. Y algunos son parejas porque trabaja la esposa en una caja y el marido en otra caja van a recibir 300 millones, ¿es posible eso? ¿es admisible eso, cuando en las cajas hay gente que saca indemnización por años de servicio, 800 millones de pesos y todavía tienen jubilación reajustable?
Todo este proceso de reajuste, compañeros, es sumamente difícil. Es una tarea muy dura cuando hay una oposición implacable, que empuja mucho más allá, que si nosotros decimos: el reajuste, ellos dicen: “el reajuste no”, “el reajuste enano”, “reajuste miserable”, “trabajadores estafados”.
Periodista: Yo quisiera volver sobre un tema que ha estado aludido varias veces, que es la unidad del pueblo, y la unidad de las bases. ¿Qué piensa usted concretamente de las JAP, de los Comités de Unidad, de los Comités de Autodefensa, planteados por la CUT, en un plenario de la CUT Santiago, que es presidida por un democratacristiano y donde se acordó la creación de los Comités de Unidad?
Presidente: Si nosotros no estamos reclamando la unidad de la Unidad Popular: para emplear una forma clara, estamos peleando por la unidad de los trabajadores, las necesidades de un trabajador democratacristiano, son las mismas que un trabajador socialista o comunista. Las necesidades de un obrero.
Cuando hablo de trabajador, hablo de obreros y campesinos, empleados pequeños o medianos comerciantes, profesionales, son las mismas. Nosotros no estamos realizando una política para la Unidad Popular, para los militantes de la Unidad Popular.
A ellos les reclamamos que comprendan, que estén dispuestos a sacrificarse, para que pueda progresar la política de unidad de los trabajadores; ese es el problema.
A ver, pues, otra pregunta, que vamos avanzando en la hora.
Periodista: En lo que se refiere a la unidad, hay ciertas frases y perdone que me remita a su discurso, el último, que entre paréntesis, creo que marca una segunda etapa en su Gobierno; ahí hay una frase que dice que más allá de las fronteras de la Unidad Popular, cuando hablaba del rechazo al enfrentamiento, y luego agregaba que ellos tienen un sentido político que les indica que hay que buscar la solución política y el pueblo -que es mayoría- tiene que indicar el camino de estas soluciones y entender con claridad, cómo alcanzarlo.
A mí me parece que allí usted abre un poco el camino a más allá de la Unidad Popular y está sentando bases para algo que no se advierte con precisión todavía pero que es una salida política.
Presidente: Pero lógico. En primer lugar ¿cuál es la solución? Yo creo que la pregunta le interesa a usted, que la ha formulado, Fernando Reyes. Y yo quiero contestarle, pero si usted quiere interrumpirme, hágalo nomás.
Periodista: Lo que dice Reyes coincide en algo con declaraciones que hizo ayer Bernardo Leighton, y que hizo Tomic en su carta aclaratoria a los diarios.
Presidente: Este es un momento duro, difícil, las orejas del fascismo están en las calles, la insolencia fascista está en las calles, la provocación está en las poblaciones, estamos viviendo una etapa anormal. Frente a esta etapa ¿qué cabe? El enfrentamiento. Lo rechazo, rotunda y categóricamente. Usted comprende -lo he dicho- maleantes y algunos obcecados fascistas, son 600 personas; imagínese, 10 mil o 20 mil obreros en el centro marchan apoyando a su gobierno. Bueno, ese no es el problema. Entonces no es la represión ni es lanzar la fuerza pública, ni es una actitud de violenta represión que pueda llegar a obligar a usar las armas, porque muchas veces los instigadores y los responsables se arrancan y cae gente inocente.
Entonces ¿qué salida política tiene? Una salida política que interesa a todos los chilenos; para nosotros, por ejemplo, hay una meta: marzo. Ustedes comprenden que si en marzo el electorado, la voluntad de las urnas es drásticamente contraria al Gobierno, bueno, yo tendré que darme cuenta qué graves errores hemos cometido cuando la gente no vota por nosotros.
Entonces, tendré que preguntarme seriamente: bueno, ¿qué pasa en este país? O por último voy a decir; el equivocado soy yo.
A la inversa: si la gente vota por nosotros en un porcentaje alto, por último, si se produce lo que es muy posible, que haya casi un equiparamiento de fuerzas, habrá que entender que la gran mayoría quiere cambios. Porque si nosotros pensamos lo que ha dicho Tomic en su campaña, en lo que dice la Democracia Cristiana, y pensamos que hay trabajadores, obreros, empleados, campesinos democratacristianos, si vemos que Vogel firma un llamado, una comunicación antifascista -ustedes mismos están señalando estos hechos-, bueno, quiere decir que no el 50%, sino el 70% de los chilenos, está por los cambios. Bueno, busquemos la manera de realizarlos, que no implique violentar la conducta, la apreciación de la gente; por ejemplo, ahí está el caso del Congreso. Yo siempre sostuve mi pensamiento: sí era posible abrir el camino del socialismo en pluralismo, en democracia y libertad, siempre que el régimen en Chile institucional fuera flexible, que entendiera.
Me refería fundamentalmente al Congreso, donde no tenemos mayoría; pero un Congreso que rechaza el Ministerio del Mar, un Congreso que se demora dos años en despachar -y todavía no sale- el Ministerio de la Familia, a nosotros que nos dijeron que íbamos a mandar los niños a Cuba y a la Unión Soviética.
Una de las mejores iniciativas humanas, crear el Ministerio de la Familia.
¿Para qué? Para poder dar los servicios para los niños, para los jóvenes, para los adultos, para los ancianos. Nosotros lo que queremos es dictar el código de la familia, nosotros lo que queremos es que haya igualdad de derechos entre los hijos, nosotros lo que queremos es defender fundamentalmente a la mujer; cuando veo, por ejemplo, que hay gente que combate obcecadamente, el servicio llamado obligatorio de la mujer, ¿por qué esa iniciativa del Gobierno? Pero cómo no entender que no puede haber guarderías infantiles, o jardines infantiles, porque para un millón 200 mil niños, una persona por diez niños supone 120 mil personas de servicio. ¿Cuántos millones de millones hay que pagarles sueldos?
En cambio hay miles y miles de muchachas que no hacen nada y que les haría muy bien entender que van a ser madres algún día, que les haría bien a esas muchachas de la burguesía el ir a las poblaciones para darse cuenta allí, cómo vive nuestra gente, cómo les es difícil conseguir un pañal, cómo no saben lavar una guagua, cómo no tienen agua para lavar; cómo les es muy útil para esa muchacha de la población también, adentrarse a nuestros conocimientos, porque más tarde va a ser madre, que no ha tenido la posibilidad de ir a una escuela para que le enseñen. Y sin embargo, conoce ¿por qué? ¿Porque es iniciativa de este Gobierno?
Entonces la pasión política llega a extremos tales que uno se pregunta, bueno ¿y cómo?
Entonces yo soy partidario del diálogo sobre los problemas nacionales, con claridad. ¡Pero si lo hemos buscado! Yo invité al senador Renán Fuentealba a mi casa; yo le dije que encontráramos una solución para que votáramos de acuerdo, a fin de evitar el enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso, en la interpretación de la insistencia por simple mayoría.
Verdad, no quiero dar detalles, pero nosotros no fuimos renuentes a esto.
Yo puedo decirles a ustedes, como primicia a esta conversación, que el Ministro de Justicia y el Subsecretario General de Gobierno, vale decir, Jorge Tapia y Sergio Inzunza, me trajeron los proyectos que de común acuerdo se habían redactado, en una carta. Venían del Senado; lo único que yo tenía que hacer era firmar. Firmé, y cuando volvieron al Senado, ya se había producido la votación y las conversaciones habían desaparecido.
Y yo he firmado eso. Me quedé callado. Podría haberles dicho: eso es una burla a un Presidente de la República. Me mandan los proyectos de acuerdo, los acepto, hemos estado estudiándolos durante una semana, y cuando llega el momento en que materialmente tienen que venir el Ministro de Justicia y el Subsecretario de Gobierno a 4 cuadras de distancia, que se demoran 10 minutos, cambia totalmente el panorama de conversaciones mantenidas durante un mes y medio.
Periodista: Señor Presidente, usted ha hablado de la descomposición moral de los adversarios de la Unidad Popular.
Presidente: No, efectivamente no, sería injusto, sería duro, no quiero entrar a profundizar en este aspecto, puede haber habido muchas razones, vaya usted a saberlo. Cuando me refiero a la descomposición moral me refiero a otras personas que mienten, a la gente que usa la difamación, la calumnia; a la gente que sabe perfectamente bien que no pueden plantearse en un país algunos problemas que entrañan una gravedad, como lo ha hecho en el caso del cobre: decir que no vamos a producir nosotros para cumplir nuestros contratos, es dañar a Chile en la forma más salvaje que se pueda hacer.
Engañar a Chile como se dice enfáticamente que el oro ha desaparecido de las arcas del Banco Central, y tiene que ir a testimoniar que está el oro ahí un magistrado del Poder Judicial, es dañar a Chile.
Creo que es muy grave, extraordinariamente grave, cuando un senador habla de la desobediencia civil y cuando la Juventud Nacional reparte volantes que dicen: “la desobediencia civil va”, entonces, miramos dónde están ubicados aquellos que plantean cosas, que indiscutiblemente pueden traer consecuencias graves y dramáticas para el país y yo me empeño en evitarlo; y por eso he planteado públicamente un llamado, he extendido la mano, pero he dicho: si tenemos interés en evitar esto, yo sé que hay en determinados sectores de este país, aun en sectores duramente adversarios al Gobierno, la comprensión para evitar un hecho social y económico que puede crear para Chile condiciones que nunca nos imaginamos, que pudieran llegar a crear una guerra civil. No sólo días, sino que las secuelas de odios, entre familias, entre grupos, entre los integrantes de una misma familia, duran a veces dos o tres generaciones.
Y la economía de un país, que interesa a todo el mundo.
Imagínense ustedes, aquí con una fuerza obrera que dirige la economía del país. No basta decir una frase como esa; hay que pensar, sentirla, y darse cuenta.
Por eso, ese llamado mío es honesto, y esa apertura mía es clara. Buscar una solución política, pero una solución política, digamos, que permita indiscutiblemente consolidarlo alcanzando y caminar hacia lo que quiere la mayoría del país.
¡Pero, si la Democracia Cristiana lo ha dicho en su programa! Lo dice en sus declaraciones; lo dicen en sus discursos, gentes de la Democracia Cristiana que les merecen respeto a muchos chilenos y fundamentalmente a mí, porque los conozco de muchos años. Estar en una posición como esta, es bueno. Yo no voy a hablar con ellos.
No, yo estoy dispuesto a hablar, nadie me lo va a impedir ¿no?, pero quiero hablar sobre una posibilidad cierta; llegar a acuerdos y mantenerlos, no estar un mes y medio discutiendo, para en 5 minutos deshacer lo que ha costado tanto creer que se podría lograr.
Ahora, como digo, la salida política, la salida política está en marzo, así que no hay tiempo para un plebiscito. Ellos estuvieron mucho tiempo hablando del plebiscito. Nosotros no nos opusimos, pero dijimos: llamaremos a plebiscito cuando las circunstancias nos obliguen y sobre las materias que estimemos convenientes, pero eso es una prerrogativa presidencial.
Ahora no hay otro enfrentamiento ciudadano, político, que las elecciones, porque le digo a usted: yo evitaré drásticamente toda posibilidad de enfrentamiento; les cortaré las alas a los afiebrados termocéfalos pseudo izquierdistas o izquierdistas, como a los ultraderechistas. Lo he demostrado; nadie puede decirme que a un hombre de izquierda que haya delinquido o que se haya salido de la línea, no lo hayamos nosotros enviado a la Justicia.
Entonces, pues, tenemos autoridad para ello.
Periodista: Presidente, aquí hay un problema que surge. Por ejemplo, da la impresión de que la marcha del lunes pasado fue una especie, entre otras cosas, de respuesta hacia todos estos boches callejeros; hay niñitos que dicen tienen hambre, que viven en el barrio alto y vienen al centro a causar desórdenes.
Entonces, como que el pueblo (y perdone la expresión) se está choreando.
Presidente: La obligación mía es que no se choree mucho (Risas). Porque si se chorea demasiado, va a hacer lo que ellos quieren que haga; salir a hacerse justicia por sus propias manos, y ahí está el comienzo definitivo del caos. El pueblo tiene que tener confianza en el Gobierno y en las medidas que el Gobierno toma y eso es lo fundamental; debe tener confianza el pueblo en que el Gobierno no acepta -y al decir el pueblo me refiero a todo el país-, no acepta otra cosa que las Fuerzas Armadas que establece la Constitución: la Aviación, Marina de Guerra, Ejército de Chile, Carabineros e Investigaciones, Policía. Los grupos armados de ultraderecha, los armados, donde estén, es mi obligación eliminarlos. Lo he estado haciendo, pero resultado que también se usan nuevas tácticas. Si a veces mando a allanar los locales (insalubres moralmente) de Patria y Libertad, ¿qué es lo que voy a encontrar adentro?
Afiches, tarros de pinturas ¿y los implementos con que salen a los desfiles, dónde los tienen?
En sus casas. Este es el problema, por eso que se requiere la organización del pueblo, no sólo de la gente de la Unidad Popular, de todos los que quieren defender la democracia. Vea usted, por ejemplo, yo he sido el primero en condenar, y está haciendo la investigación un juez letrado de Carabineros, por el caso de la muerte del cabo Aroca. Pero, la explotación que se hizo de esa muerte es algo que demuestra relajo moral.
¿Cuándo se había suspendido la sesión del Senado por los otros muertos, 10 o 15 Carabineros?
Estos últimos días, una semana antes, había muerto un Carabinero asesinado por delincuentes.
¿Fue algún parlamentario de la derecha a sus funerales? Fue un ministro.
¿Cuándo se había faltado el respeto a un ministro e inclusive a un muerto de la institución, cuándo el propio Cuerpo de Carabineros se ve obligado a hacer una declaración pública, protestando por la explotación política de la muerte del cabo de Carabineros? ¿Y los tres campesinos muertos en Frutillar?
¿Han visto ustedes que salgan en la prensa opositora al Gobierno, que les hayan dedicado algunos artículos, que hayan protestado o que hayan pedido castigo implacablemente? No señor. ¿Y el campesino muerto?
Nosotros indiscutiblemente hemos cometido errores, muchos errores más que todo en el orden económico y lo reconocemos, pero también una raíz y una base y los he explicado someramente en algunos aspectos de abastecimientos, movilización, transporte.
Pero, políticamente usted que es un periodista, aquí hay quienes dicen que no hay democracia, que aquí no hay libertad de prensa, que aquí no hay derecho de asociación. Pero se han juntado hace poco tiempo atrás, que sé yo, 300, 250 mil, pongan lo que quieran. Yo nunca discuto las cifras; se van a juntar el martes y les hemos dado autorización. Le he dicho al Intendente de Santiago: mire, llame a los dirigentes democratacristianos y dígales: estos son los dispositivos del Gobierno, esto es lo que queremos hacer para evitar cualquier provocación. Además los partidos de la Unidad Popular y yo, le diremos a la gente nuestra que no salga a la calle a provocar. Que salga a la calle, como siempre, porque nosotros no queremos dar, como respuesta, una ciudad desierta, que perjudica a Chile en el exterior y ese era el propósito.
En primer lugar, desfilan en una ciudad 700 mil personas. No es una ciudad desierta. Pero dejar otras calles, cerrar el comercio, hacer que la gente de los sectores del barrio alto estuviera con las persianas bajas durante 8 horas, les crearon una especie de psicosis. ¡Si el pueblo no hace eso, si los dirigentes se lo hemos dicho que no lo hagan, yo tengo autoridad!
Le voy a decir a través del Intendente: vamos a movilizar tantos Carabineros de uniformes, tantos Carabineros de civil, tantos de investigaciones, pongan ustedes gentes en tales edificios, en tal parte, contribuyan, ayuden, porque la provocación puede venir de cualquier parte, ¿no es cierto? Hay 100 mil, 200 mil, 300 mil personas que pueda haber en una calle, ¿cuántos edificios hay?
De la terraza de un edificio puede salir una provocación, intencionada, para crearnos problemas, para que nos echen la culpa a nosotros.
Entonces, tienen que asumir la responsabilidad, ellos saben en qué clima se está actuando.
Lógicamente, no quise por ejemplo que la gente desfilara masivamente y puse el sitio de concentración en las Torres de Tajamar, antes que dejarlo en Providencia con Pedro de Valdivia, porque no costaba nada que también pudiera haber salido una provocación, no digo de gente de derecha, digo de provocadores y provocadores mercenarios, que pueden estar al servicio de un grupo pequeño, son fascistas internos, al servicio de intereses extraños extranjeros. Los que hoy se han sentido por las medidas del Gobierno, los que no les importa en el fondo de la vida de los chilenos, los que han estado a punto de crear una guerra civil, los que están acostumbrados a corromper, los que están acostumbrados a amenazar, los que siempre han pensado que los países pequeños son sencillamente caudales sin fondo para ello.
Este es el problema.
Periodista: Frente a esto que usted decía del clima…
Presidente: Oiga, no me exploten más.
Periodista: No, pero es que yo creo que esta última pregunta le va a interesar a la gente. ¿No es cierto? Un clima tenso, de dificultades. Se han diagnosticado una serie de elementos sobre el problema económico, etc. Entonces, hablemos del hombre medio, por dar una imagen abstracta, usted se pregunta, bueno ¿y vale la pena vivir esto?, porque está claro todas las razones que usted dio, todos los problemas que tenemos, los problemas externos, la compulsión del imperialismo sobre un país, etc. Bueno, pero la gente se pregunta: ¿vale la pena vivirlo y por qué vale la pena?, ¿cuál es la explicación que usted le daría a la gente?
Presidente: No vale la pena.
Periodista: ¿Quién es el hombre medio?
Presidente: El hombre medio es el empleado, es el técnico, es el profesional, es el soldado, es el militar, es el Chile que trabaja.
Yo le pregunto a usted, ¿puede sentirse satisfecho un hombre que llega a ser arquitecto, y sabe que él nunca podrá trabajar en un país donde faltan 500 mil viviendas?
¿Podrá sentirse satisfecho un hombre que es médico, que sabe puede mejorar aparente o realmente la salud de miles de niños en las diarreas estivales, que salen del hospital y vuelven a enfermar?
¿Puede sentirse satisfecho el comandante de un regimiento que sabe que en la puerta del cuartel se rechaza un porcentaje altísimo de gente porque no tiene las condiciones físicas exigidas?
¿Puede sentirse satisfecho el comandante en jefe de cualquiera de nuestras instituciones sabiendo que se necesita para ser eficiente, no sólo el estado físico, sino el desarrollo mental necesario?
¿Puede sentirse satisfecho el médico, el profesor o el militar, el marino, el aviador o el Carabinero si sabe que en Chile hay 600 mil niños retardados mentales porque no han recibido proteínas? ¿Pueden sentirse satisfechos ustedes, periodistas? No.
Son esos sectores de clase media los que tienen que entender que en un momento determinado su situación pudiera parecer como desmejorada, pero que en el fondo es esencialmente para ellos la lucha que se está dando. Para que no haya, por ejemplo, esa separación entre trabajador manual y trabajador intelectual. Para que no haya ese desprecio, por ejemplo, por la empleada doméstica. Para que la gente entienda que el mundo tiene otra dimensión.
Yo creo, además, que los sectores de la clase media tampoco han sido perjudicados en sus ingresos, yo les puedo decir que creo que como nunca han ganado los comerciantes en este país. Venden todo; todo, lo que usted quiera vender lo vende.
Lo que pasa es que la gente es poco apta para pensar un poco generosamente en su vecino y a veces no piensan ni en su propia familia. Este es el problema, así es que creo que los sectores de la clase media, el pequeño artesano, comerciante, industrial, agricultor, tiene que entender que en el régimen capitalista la concentración del poder económico, lentamente se va produciendo en muy pocas ramas. Y están entonces los grandes monopolios que precisamente han estrangulado a los medianos y pequeños comerciantes.
Nosotros queremos para ellos seguridad y garantía, y hemos planteado proyectos de ley destinados a eso; lamentablemente no han sido despachados en el Congreso, pero nosotros queremos darle la confianza a esa gente porque contra esa gente no tenemos nada. Por ejemplo, cuándo dicen va a suprimir los comerciantes detallistas, minoristas -debe haber ¿cuántos?, 180 mil, 240 mil en Chile-. ¿Se imagina usted suprimirlos?, ¿darle trabajo en qué a esa gente? Imposible imaginar; a esa gente la necesitamos; esa gente, el pueblo debe comprender que es indispensable, podemos colocar al lado almacenes populares, podemos crear distribuciones nacionales, pero esa gente sirve, es necesaria, cumplen una función y ellos mismos pueden encontrar respaldo en los propios consumidores de su barrio, y pueden obtener ellos mismos que se les entregue los productos que en realidad necesitan; si ellos mismos proceden correctamente va a ser ayudados por los propios consumidores. El problema es la organización y la conciencia de la gente y esa es la lucha en que estamos empeñados, ahora es muy difícil hacer una revolución en pluralismo, democracia y libertad, con una oposición tan violenta y una presión internacional del imperialismo tan dramáticamente injusta y dramáticamente violenta también. Es difícil cuando se niega y no se está dispuesto a ayudar casi en nada.
Periodista: Presidente, habíamos pensado conversar una hora y llevamos una hora y media; indudablemente que quedan muchos temas en camino. Yo quisiera pedirle una última cosa: en toda esta conversación hemos estado hablando de lo que puede ser el país, de lo que tiene que llegar a ser y los niños, los jóvenes de este país son los que van a construir, los que van a vivir, todo el mundo que ustedes se imaginan, que muchos en este país estamos tratando que sea así. ¿Ud. qué tiene que decirles a los jóvenes secundarios, a los jóvenes que están en la enseñanza básica?
Presidente: Tengo que decirles que ellos son el futuro y que lo fundamental es tener un profundo sentido patriótico y nacional; comprender que la obligación básica de un hombre es trabajar por el porvenir y el futuro de su Patria, de su pueblo. Este es un país de gente joven y hay que decirle a la gente joven que tiene que comprender, que para poder hacer que un país progrese se necesita trabajar más, estudiar más, producir más. A mí, no me impresionan los revolucionarios verbalistas que son malos estudiantes, malos obreros, malos dirigentes, yo creo que la primera lección de un revolucionario es dar con su ejemplo la posibilidad que otros sigan su ejemplo. Por eso he repetido tantas veces y tantas veces qué buena esa frase escrita por un estudiante en la muralla de una Universidad de París “La revolución comienza por las personas antes que por las cosas”. Y eso es muy serio y muy profundo.
Bueno, me han explotado ustedes bastante, he estado muy agradado, espero que no pasen tantos meses antes que volvamos a conversar y reitero mis saludos a los radioescuchas de Portales y La Gran Encuesta.