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Publicado por vez primera: “Dirigentes de I.U. responden”,
revista Quehacer, No. 50, enero-febrero 1988 (DESCO : Lima – Perú), págs. 31, 33-35.
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre
2025.
Tras la realización del V Ampliado del Comité Directivo Nacional que decidió la convocatoria al primer Congreso Nacional de IU, estimamos de interés someter a la consideración de destacados dirigentes de ese conglomerado político el siguiente cuestionario:
1. Como lo ha constatado el V Ampliado del Comité Directivo Nacional, IU se encuentra en un impase político serio. ¿Cuáles son los principales obstáculos que deberá remover el 1er. Congreso Nacional para que IU recupere la iniciativa política en la escena nacional?
2. ¿Cree usted, como vaticinan algunos, que la ruptura de IU resulta inevitable, y aun deseable? ¿Por qué?
3. Entre el gobierno de Alan García y el APRA, por un lado, y la acción armada de Sendero y el MRTA, por el otro, ¿cuál es el espacio de IU y en que —y hacia quienes— radicaría la fuerza de su convocatoria?
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1. Que “IU se encuentra en un ‘impase’ político serio" puede ser opinión de algún compañero, e incluso, tal vez también, de algunos de los partidos integrantes de nuestro frente. Yo no tengo esa impresión, ni encuentro que el V Ampliado lo haya constatado. Su propia realización, en esencia exitosa, por el número de concurrentes y la cantidad y existencia real de organismos intermedios y de base representados, así como por los acuerdos de carácter orgánico a que arribo, expresan no precisamente la existencia de un “impase” sino más bien un punto de partida para salir del relativo estancamiento experimentado en meses y días anteriores.
No quiero decir, sin embargo, que el Ampliado no enfrentara serios problemas, que se desenvolviera sin dificultades. que no tuviera graves defectos en su organización. Es a partir de este enfoque —y no de un supuesto "serio ‘impase’ político”— que me permitiré responder a su pregunta.
Teniendo en cuenta que la recuperación iniciada con este evento se realiza en un marco sociopolítico sumamente tenso y delicado y no en un marco propiamente electoral, el principal problema a resolver todavía (y que el Ampliado no resolvió) es el de la unidad de criterio en la caracterización del momento político que hoy vivimos, incluyendo la caracterización especifica del gobierno aprista. Como es conocido, al debatir este tema emergieron criterios diferentes. Todos los representantes de partidos y los compañeros no partidarizados, coincidimos en comprobar el tremendo desgaste y desprestigio internos del gobierno aprista, especialmente en lo que atañe a política económica, política laboral y tratamiento de los derechos humanos. No hace falta puntualizar los hechos determinantes de este desprestigio popular.
Por lo mismo, coincidimos —todos, o casi todos— en reafirmar el papel de Izquierda Unida como única alternativa histórica objetivamente necesaria, aunque en este momento no viable, a este gobierno. Coincidimos, por último, en reconocer nuestra obligación —obligación de todos y no de unas cuantas personas o dirigentes— de reactivar y darle un vigoroso empuje a IU en todas las instancias y en relación no solo a la perspectiva electoral, sino a su lugar de principal movimiento político de oposición y de oposición popular representante del cambio social. Esto, que en sí mismo ya es un avance ideopolítico, auspiciador de una nueva etapa, fue reforzado poderosamente al reconocer que en esa nueva etapa el punto clave, el camino único, consiste en vincular más estrechamente la existencia y actividad de IU con las luchas populares, obreras, campesinas, barriales, estudiantiles, regionales, etc., etc., en pie de combate cotidiano, lo que determino también que el Ampliado asignara especial importancia a la realización de una auténtica Asamblea Nacional Popular.
En este contexto, el principal obstáculo por remover es la determinación de cuál es el enemigo principal y más peligroso que IU y nuestro pueblo tienen que reconocer para derrotarlo en primer término: ¿es el gobierno aprista?; ¿es la derecha fondomonetarista que se está recuperando y pasando a la contraofensiva? No voy a dar la respuesta nuestra, la del PCP, que la hemos expuesto ya en varios documentos. Pero si quiero subrayar que, si subestimamos este último peligro, como lo hacen algunos compañeros participantes en el Ampliado, eso puede llevarnos a perder el papel de alternativa actual, poniendo en riesgo la propia existencia de nuestro frente. Es correcto orientarse a derrotar la actual política del gobierno aprista, favorable a fin de cuentas a la derecha tradicional y al imperialismo en su política interna, pero no es correcto, a criterio nuestro, plantear ahora el derrocamiento de este gobierno, si aún no tenemos posibilidades de que lzquierda Unida lo reemplace.
De este principal obstáculo ideopolítico se desprenden otros de carácter táctico y organizativo, que el Ampliado no resolvió a cabalidad: solo inicio su tratamiento. Quienes sostuvieron —no en forma explícita. pero si tacita— el equivocado criterio que acabamos de referir, llevaron la sobreestimación del desarrollo de nuestro frente —y la subestimación de sus debilidades—, hasta el punto de postular, en lo orgánico, una estructura que eventualmente significaría convertir a la alianza, ahora mismo, en un partido único, con el agravante de que esa postulación se hizo a nombre de una democracia de bases, de tipo asambleísta, falsamente favorable a la militancia sin partido o no partidarizada. Nosotros consideramos que no ha llegado aún ese momento, aunque les reconocemos su igualdad de derechos a hacer valer su opinión y voto en todas las instancias. Este punto, que no debería ser un obstáculo insalvable, es aún un tema en debate que, en algunas instancias, resulta todavía conflictivo.
El ultimo obstáculo serio que, en mi concepto, debemos salvar a corto plazo, es el del funcionamiento activo de la Comisión Organizadora del Primer Congreso Nacional de IU, y con relación a ello, el montaje de órganos permanentes en el aparato de dirección nacional del Comité Directivo Nacional de IU. Si el Ampliado demostró un profundo interés de las bases por mantener contacto estrecho y fluido con la Dirección Nacional, y si la dinámica política se hace cada vez más intensa y delicada, la existencia de órganos permanentes de atención, canalización, coordinación y dirección política es más urgente que nunca y solo podrá atenderse montando aparatos permanentes, secretaría, relaciones públicas, prensa, oficina de orientación sindical y popular, etc., etc.
El Primer Congreso Nacional hará que IU recupere su iniciativa en la escena nacional, unificando no solo la línea general y alternativa, sino también la línea política, la línea táctica, y estructurando el aparato nacional que posibilite su aplicación correcta.
2. Todo lo que acabo de exponer expresa por s mismo mi convicción de que los vaticinios sobre una "ruptura inevitable” de nuestro frente no tienen base alguna. Esta demás decir que ella no solamente no es deseable, sino que sería antihistórica, puesto que IU es una necesidad objetiva propia del avance social de nuestro pueblo. Otra cosa es que esa necesidad no se circunscribe a los contextos electorales, sino a la lucha diaria por el cambio estructural, aplicando todas las formas de lucha que haga necesario el avance y que contribuya a debilitar el frente de quienes se empeñan en mantener y perpetuar el actual estado de cosas.
3. El espacio que tiene la obligación de ocupar IU entre el actual gobierno, de un lado, y la acción armada de Sendero y el MRTA, de otro, es el que queda de posibilidades útiles en el contexto de la democracia burguesa. Se trata de formas variadas, desde las pacificas, o relativamente pacificas —como la parlamentaria, la de difusión ideológica y política, las de reclamación y presión legal sobre el aparato del Estado—, hasta las del enfrentamiento resuelto a la violencia represiva, policial y gubernamental.
Yo no confundo la lucha armada del MRTA con la acción terrorista de Sendero. ya que el desarrollo socioeconómico y político desigual en las diversas regiones y zonas del país con tal carencia de espacios democráticos en algunas de ellas y las formas violentas de opresión y explotación de las clases dominantes, pueden hacer que también coexistan en el ámbito nacional diversas formas de lucha. Lo que no se justifica de ninguna manera es la política de terror e intimidación, ya sea la de Sendero tratando de vencer por la intimidación a los enemigos de clase y de enrolar coactivamente a poblaciones campesinas, o la de las fuerzas reaccionarias y entreguistas ejecutoras de la guerra sucia.