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¡Camaradas!
Voy a terminar mi informe. Como veis, teniendo en cuenta los cambios operados en al situación desde el VI Congreso y las enseñanzas de nuestra lucha y basándonos en el nivel ya alcanzado de consolidación de nuestros Partidos, planteamos ahora, de un modo nuevo, una serie de problemas, ante todo, del frente único y del acercamiento a la socialdemocracia a los sindicatos reformistas y a las demás organizaciones de masas.
Hay sabihondos, a quienes todo esto se les antoja un retroceso de nuestras posiciones de principio, un viraje de la línea del bolchevismo hacia la derecha. ¡Bueno! La gallina hambrienta, decimos en Bulgaria, sueña siempre con mijo. (Risas y aplausos impetuosos).
¡Que piensen así estas gallinas políticas! (Risas y aplausos impetuosos).
A nosotros, esto nos interesa poco. Lo importante para nosotros es que nuestros propios partidos y las extensas masas de todo el mundo comprendan acertadamente por qué luchamos.
No seríamos marxistas revolucionarios, leninistas, dignos discípulos de Marx, Engels, Lenin, si no cambiásemos de un modo congruente nuestra política y nuestra táctica, de acuerdo con los cambios operados en la situación y en el movimiento obrero mundial.
No seríamos verdaderos revolucionarios, si no aprendiésemos de nuestra propia experiencia y de la experiencia de las masas.
Queremos que nuestros Partidos de los países capitalistas actúen y procedan como verdaderos partidos políticos de la clase obrera, que desempeñen en la realidad el papel de un factor político en la vida de su país, que lleven a cabo en todo momento una activa política bolchevique de masas y no se limiten sólo a la propaganda y la crítica, a lanzar meros llamamientos a la lucha por la dictadura proletaria.
Somos enemigos de todo esquematismo. Queremos que se tenga en cuenta la situación concreta de cada momento y de cada sitio dados y que no se obre siempre y en todas partes con arreglo a un patrón determinado, no queremos olvidar que la posición de los comunistas no puede ser igual en todas las condiciones.
Queremos tener en cuenta serenamente todas las etapas del desarrollo de la lucha de clases y del incremento de la conciencia de clase de las masas, saber encontrar y resolver en cada etapa las tareas concretas del movimiento revolucionario que corresponden a ella.
Queremos encontrar un lenguaje común con las más extensas masas, para luchar contra el enemigo de clase, encontrar los caminos, por los cuales la vanguardia revolucionaria se sobreponga definitivamente a su aislamiento de las masas del proletariado y de todos los trabajadores y para que la propia clase obrera se sobreponga al fatal aislamiento de sus aliados naturales en la lucha contra la burguesía, contra el fascismo.
Queremos incorporar a las masas cada vez más extensas a la lucha revolucionaria de clases y atraerlas a la revolución proletaria, partiendo de sus intereses y necesidades candentes y sobre la base de su propia experiencia.
Queremos, sobre el ejemplo de nuestros gloriosos bolcheviques rusos, sobre el ejemplo del Partido guía de la Internacional Comunista, del Partido Comunista de la Unión Soviética, asociarnos al heroísmo revolucionario de los comunistas alemanes, españoles, austríacos y de otros países, al autentico realismo revolucionario, y acabar con los últimos restos de devaneos escolásticos en torno a problemas políticos serios.
Queremos pertrechar a nuestros Partidos en todos los aspectos, para que puedan resolver los problemas políticos más complicados que se les planteen. Para esto, hay que elevar cada vez más su nivel teórico, educarlos en el espíritu del marxismo-leninismo vivo y no de un doctrinarismo muerto.
Queremos extirpar de nuestras filas el sectarismo satisfecho de sí mismo, que cierra, ante todo, el camino hacia las masas e impide la realización de una verdadera política bolchevique de masas. Queremos reforzar, por todos los medios, la lucha contra todas las manifestaciones concretas del oportunismo de derecha, teniendo presente que el peligro, que apunta de este lado, crecerá precisamente al llevar a la práctica nuestra política y nuestra lucha de masas.
Queremos que los comunistas de cada país saquen y aprovechen todas las enseñanzas de su propia experiencia, como vanguardia revolucionaria del proletariado. Queremos que aprendan lo antes posible a nadar en las aguas tempestuosas de la lucha de clases y que no se queden en la orilla como observadores y registradores de las olas que se acercan, esperando el buen tiempo. (Aplausos).
¡He ahí lo que nosotros queremos!
Y queremos todo esto, porque por este camino la clase obrera, a la cabeza de todos los trabajadores, estrechando sus filas en un ejército revolucionario de millones de hombres, dirigido por la Internacional Comunista, podrá cumplir con toda certeza su misión histórica: barrer al fascismo y, con él, al capitalismo de la faz de la tierra.
(Todos de pie ovacionan con entusiasmo al camarada Dimitrov.
Por todas partes y en distintos idiomas, los delegados gritan: "¡Hurra! ¡Viva el camarada Dimitrov!"
Entonan con vigor la "Internacional" en todos los idiomas. Nueva tempestad de aplausos.
Las delegaciones entonan diferentes canciones revolucionarias: la italiana - "Bandera Rossa", la polaca - "¡A las barricadas!", la francesa - "La Carmagnole", la alemana - "El rojo Wedding", la china - "El himno del Ejército Rojo Chino".)