De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1972
Primera edición 1968
(2a impresión 1972)
Tomo III, págs. 299-300.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
LA ULTIMA BATALLA CONTRA LOS
INVASORES JAPONESES
9 de agosto de 1945
EL 8 de agosto, el Gobierno soviético declaró la guerra al Japón, acontecimiento que el pueblo chino saluda calurosamente. Gracias a la acción de la Unión Soviética, se reducirá considerablemente la duración de la guerra contra el Japón. Esta se encuentra ya en su última etapa; ha Llegado el momento de la victoria final sobre los agresores japoneses y todos sus lacayos. En tales circunstancias, todas las fuerzas antijaponesas del pueblo chino deben emprender una contraofensiva de amplitud nacional en estrecha y eficaz coordinación con las operaciones de la Unión Soviética y demás países aliados. El VIII Ejército, el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército y las otras fuerzas armadas populares deben, explotando todas las posibilidades, lanzar ampliamente ataques contra todos los invasores y sus lacayos que rehusen rendirse, aniquilar sus fuerzas, capturar sus armas y material, expandir vigorosamente las regiones liberadas y reducir las ocupadas por el enemigo. Hay que formar con audacia destacamentos de trabajo armados que, por centenas y millares, penetren profundamente en la "retaguardia enemiga dentro de la retaguardia enemiga" y organicen al pueblo para destruir las líneas de comunicación enemigas y luchar en coordinación con el ejército regular. Hay que movilizar con audacia a los millones y millones de habitantes de las regiones ocupadas y organizar sin demora fuerzas armadas clandestinas en preparación de levantamientos armados para aniquilar al enemigo en coordinación con las tropas que ataquen desde fuera. Al mismo tiempo, es preciso seguir prestando atención a la consolidación de las regiones liberadas. Durante el invierno y la primavera próximos, en estas regiones, que cuentan con cien millones de habitantes, y en las que sean liberadas, se debe llevar a cabo universalmente la reducción de los arriendos y los intereses, desarrollar la producción, crear los órganos del Poder popular y las fuerzas armadas populares, intensificar
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el trabajo relativo a las milicias, fortalecer la disciplina del
ejército, perseverar en el frente único de los diversos sectores
del pueblo y evitar el despilfarro de recursos humanos y materiales. Todo
ello está destinado a reforzar la ofensiva de nuestro ejército
contra el enemigo. El pueblo de todo el país debe redoblar su vigilancia
para conjurar el peligro de una guerra civil, y promover con energía
la formación de un gobierno democrático de coalición.
La guerra de liberación nacional de China ya ha entrado en una nueva
etapa, y el pueblo entero debe fortalecer su unidad y luchar por la victoria
final.