Natalia Sedova

Carta al periódico France-Soir

 

 


Escrita: 9 de noviembre de 1961.
Fuente del texto: ROUSSEL, Jacques. Les enfants du prophète (Histoire du mouvement trotskiste en France), Spartacus 1972.
Traducción: Danara Borge y Alberto a. Arias. Especial para el boletín LibReS, nov. 2013, del ESpacio Rosa Luxemburg; Tomado del francés en: http://www.collectif-smolny.org/article.php3?id_article=551.
Versión dígital en castellano: ESpacio Rosa Luxemburg.
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre de 2013.


 


Sr. Director,

En la entrevista realizada por el Sr. Michel Gordey y publicada en France-Soir el lunes 7 de noviembre [de 1961], se dice en el segundo párrafo: "Ella (es decir, yo) espera asistir, antes de su muerte, a la rehabilitación por el mundo comunista de quien (Trotsky) fue, después de Lenin, el mayor revolucionario de los tiempos modernos y el padre espiritual de Mao Tse-Tung, el líder comunista chino". Estas palabras no me pertenecen; fueron introducidas por el redactor de la entrevista. Me veo obligada entonces a precisar lo siguiente:

1. - Un gran revolucionario como León Trotsky no puede de modo alguno ser el padre de Mao Tse-Tung, quien ha conquistado su posición en China en lucha directa con la Oposición de Izquierda (trotskista) y la ha consolidado con el asesinato y la persecución de los revolucionarios, al igual que Chiang Kai-Shek. Los padres espirituales de Mao Tse-Tung y su partido son, evidentemente, Stalin (reivindicado además como tal) y sus colaboradores, incluido el Sr. Kruschev.

2. – Considero al actual régimen chino, así como al régimen ruso o cualquiera otro levantado sobre este mismo modelo, tan alejado del marxismo y la revolución proletaria como el de Franco en España.

3. - El terror policial y las calumnias de Stalin no han sido más que el aspecto político de una lucha a muerte contra la revolución, llevada a cabo por toda la burocracia. No podemos esperar el restablecimiento de la verdad más que de la aniquilación de esta burocracia a manos de la clase obrera a la que ella ha reducido a esclavitud. No espero nada del partido ruso ni de sus imitadores fundamentalmente anticomunistas; cualquier des-estalinización será una trampa si no lleva a la toma del poder por el proletariado y a la disolución de las instituciones policiales, políticas, militares y económicas de la contrarrevolución que creó el capitalismo de Estado estaliniano.

Reciba, señor, mis saludos.

París, 9 de noviembre de 1961.

Natalia Sedova Trotsky